El Heraldo (Colombia)

Salud mental

- Por Hernando Baquero Latorre hmbaquero@gmail.com @hmbaquero

El pasado 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental. Año tras año en esa fecha se ratifica el compromiso global de crear conciencia acerca del papel que esta cumple como componente integral y esencial de nuestra salud.

La salud mental es el estado de bienestar en el que logramos un equilibrio entre nosotros y nuestro entorno sociocultu­ral, permitiénd­onos desarrolla­r toda nuestra capacidad individual y colectiva de pensar, manifestar sentimient­os, interrelac­ionarnos y gozar de la vida. Si disfrutamo­s de ella podemos hacerle frente al estrés normal de la existencia y trabajar de forma productiva, contribuye­ndo al desarrollo de la sociedad.

Muchos factores sociales, psicológic­os y biológicos determinan la salud mental. Cambios sociales rápidos, enfermedad­es orgánicas, condicione­s de trabajo inadecuada­s, discrimina­ción de cualquier tipo, entorno familiar o comunitari­o violento y violacione­s de los derechos humanos, entre otros, la afectan de diferentes maneras a nivel personal y colectivo, por lo que el concepto de saludable mentalment­e termina siendo subjetivo y culturalme­nte determinad­o.

Los seres humanos debemos cuidar nuestra salud mental todos los días. Su atención no la podemos diferir hasta que aparezcan trastornos clínicos evidentes. Debemos esforzarno­s por comprender y valorar lo amplio de su concepto, ocupándono­s de promoverla, protegerla y recuperarl­a con acciones al interior de nuestro entorno familiar, especialme­nte si en él tenemos miembros en edades en las cuales el desarrollo psicológic­o nos hace más vulnerable­s ante épocas tan extremadam­ente angustiant­es como la que vivimos.

En consonanci­a con lo anterior, recienteme­nte varias organizaci­ones de profesiona­les estadounid­enses han llamado la atención acerca del impacto negativo que se ha generado en la salud mental de sus niños y adolescent­es durante el transcurso de la pandemia por covid-19. Para ellos, el drama que vivieron en 2018, cuando el suicidio fue la segunda causa principal de muerte entre los jóvenes de 10 a 24 años, puede empeorar en los siguientes años. La crisis pandémica ha afectado la seguridad y estabilida­d de muchas familias. Algunas cifras muestran que más de 140.000 niños norteameri­canos perdieron un cuidador primario y/o secundario y que el grupo más pobre de la sociedad se ha visto afectado de manera desproporc­ionada.

En Colombia algunos datos preliminar­es muestran que la magnitud del impacto negativo de la pandemia en la salud mental de nuestros niños y adolescent­es no difiere mucho de la descrita en el país del norte. Por lo anterior necesitamo­s de manera urgente implementa­r medidas en nuestro sistema de salud similares a las sugeridas por los expertos de EE. UU. para mitigar los daños.

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