El Heraldo (Colombia)

Juventus, pastoral

- Por Enrique Dávila Martínez edavila437@gmail.com

En italiano no existe la letra J, entonces ¿por qué hay un equipo que se llama Juventus? Fabio Reyes, B/quilla

En italiano las letras ‘j, k, w, x, y’ solo se ven en palabras extranjera­s referidas a nombres propios o a lugares. La ciudad sede del Juventus es Turín, capital de la región del Piamonte, donde se habla piamontés, que no es un dialecto, sino un idioma por el número de hablantes y porque derivó del latín de forma independie­nte del italiano. Al equipo le pusieron el nombre Sport Club Gioventù, Club Deportivo Juventud. (Más de dos décadas después, el naciente Junior de Barranquil­la sucesivame­nte se llamó Juventud, Juventud Infantil y Juventud Junior). Volviendo a los piamontese­s, estos, más bien, acudieron al latín, en el que se dice iuventus. Y como muestra de pertenenci­a al Piamonte, cambiaron la I latina de Iuventus por la J, letra que sí existe en piamontés, y el nombre del equipo pasó a Juventus. Esto es solo de forma, porque la J, que podía existir en latín como variante gráfica de la I, siempre se pronunciab­a como esta. Por eso, cuando los italianos se refieren al equipo de Turín no dicen la Yu-ven-tus o la

Yu-ve, sino la I-u-ven-tus o la I-u-ve.

Como novedad, le envié por correo aéreo una carta a mi hija. Me frustré cuando me dijo: “Mami, ¡me escribiste una pastoral!”. YZ, s. i.

Pablo de Tarso (san Pablo) escribió catorce cartas, aburridas y tristes, que están en el Nuevo Testamento. Once fueron dirigidas a distintas comunidade­s, otra más a Tito y otras dos a Timoteo. Los dos últimos eran pastores religiosos, y por eso estas tres cartas se llaman “pastorales”. En el papel impreso de las Biblias de hoy, con letras de punto muy reducido, esas cartas se ven cortas, pero escritas con la grafía y los toscos materiales de la época eran largas, muy largas. Por eso, por símil, se las llama, con gusto despectivo, una pastoral.

Nota: Sobre mis comentario­s de la semana pasada sobre la ‘viuda de carde salada o de pescado’ me dice Fernando Bustillo: “Toda la vida (y ya son 75) he sabido que la diferencia entre el sancocho y la viuda consiste en que a esta última le ponen plátano amarillo. Además, los puristas de la cocina ubican una especie de entramado en [el fondo de] la olla, de manera que la carne (de preferenci­a salada) o el pescado se cocinen con el vapor que genera el caldo. Especuland­o un poco, me atrevería a decir que el calificati­vo de viuda se origina en el hecho de que la proteína ‘llora’ sobre la vitualla mientras se cocina”. Y quien se identifica como Un Ciudadano me dice: “Una de las versiones que he escuchado es esta: la comida más cotidiana en la Costa es sopa, carne y bastimento, pero cuando se hace carne salá con bastimento y sin sopa se llama viuda de carne salá, porque no tiene sopa, está viuda de sopa. En mi casa, mi padre era especialis­ta en este plato, que se prepara con sábanas de punta gorda salada en baño de María, y se pone primero una capa de yuca y plátano amarillo y encima la carne salá”.

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