El Heraldo (Colombia)

Junior, Cruz Real y lo que viene

- Por Hugo Illera Jiménez

Estoy mirando los números del Junior en este primer semestre. La verdad es que son muy buenos sumando los tres campeonato­s que juega de manera simultánea, Liga, Copa y Sudamerica­na. En 30 partidos jugados el rendimient­o es del 59%, como local 85% y como visitante 33%. Clasificó a cuadrangul­ares semifinale­s en Liga, a siguiente ronda en Copa y jugará la primera opción para clasificar en Sudamerica­na, el jueves ante Unión de Santa fe. Cruz Real ha hecho buena campaña. Ha rotado la nómina, ha utilizado a jugadores de la cantera y ha hecho un trabajo de recuperaci­ón que es vital y necesario. En medio de ese trabajo y el utilizar toda la nómina, el técnico argentino se ha dado cuenta que el nivel del equipo titular, no se puede comparar con el grupo de jugadores que no lo son.

En el partido frente a Nacional fue evidente. En el primer tiempo el equipo titular hizo un gran partido presionand­o al equipo antioqueño en su propio terreno, teniendo la posesión del balón con intención ofensiva y con 9 remates, 3 a puerta, un gol y posesión 65-35% favorable al Junior. Cuando terminó el primer tiempo, ganaba 1-0 y había sido muchísimo mejor que Nacional, que, para entonces, no había rematado un balón a puerta.

Junior fue muy físico en el primer tiempo, corrió para presionar, corrió para atacar y lo hizo de tal manera que, para el segundo tiempo, la ‘gasolina’ empezó a escasear. Cuando terminó el partido, después de los cuatro cambios, estaba empatado, Nacional había jugado mejor, remató 3 veces directo a puerta, hizo un gol y la posesión pasó a 58-42%.

El impacto de las salidas de Borja, Cabrera, Albornoz y Giraldo fue muy fuerte. Las entradas de Uribe, Esparragoz­a, Cetré y Sambueza fueron muy pobres. Se vio el cambio de dominio en el juego, en el nivel y en la fortaleza física. Quiere decir que el juego cambió de rumbo. Fue un Junior disminuido. Si Viera no se juega el mano a mano con Angulo, en el minuto final, es posible que ni siquiera hubiéramos empatado. El diagnóstic­o es claro: Junior tiene un grupo élite de 15-16 jugadores y un grupo restante que no tiene el mismo nivel. Esta vez, independie­nte si se ganan títulos o no, se debiera mantener el trabajo de Cruz Real y corregir para el segundo semestre el tema de los jugadores de recambio. El que tenga que salir, que salga, y el que tenga que llegar, que llegue. Es mucho mejor que andar buscando técnico y dejar un trabajo inconcluso como ya pasó con Arturo Reyes.

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