#Responsabilidadparental
Queridos padres de familia: Los niños y niñas colombianos y de todo el mundo tienen unos derechos muy claros, no solo que los adultos procuremos su felicidad y formación con valores y principios universales, sino a no discriminarlos por motivo alguno o a generar hechos que impulsen actos de violencia o maltrato contra cualquiera de ellos, por una supuesta contradicción con los postulados ideológicos que tienen sus padres.
Qué puede esperar un país, no de un alcalde o líder que expresa y se manifiesta como cree que debe hacerlo dentro del marco de sus derechos, al igual que su señora esposa, sino de un grupo de padres y madres que se sienten con el derecho de mandar una carta que pone en peligro el desarrollo emocional e intelectual de menores de edad, sintiéndose además con el poder para solicitar que no sean admitidos en una institución educativa, porque sus progenitores se han “expresado en contra” de lo que esas 23 personas creen que es el mundo ideal.
No queridos padres y madres firmantes de la carta dirigida al Colegio Alemán de Medellín, que error tan grande, ojalá al publicar esta columna ustedes ya hayan recapacitado y pedido perdón privado y público no a la familia Quintero, sino a los niños y niñas de Colombia, asumiendo su carga de responsabilidad por contribuir a aumentar la discriminación por razones políticas a exacerbar los ánimos, ya de por sí elevados en estos momentos, y lo peor de todo generando motivos para que a dos menores los matoneen en un lugar en el que se supone deben ser educados y protegidos contra todo aquello que su carta contiene: odio, resentimiento, esnobismo, falta de empatía y resiliencia.
Ni los niños ni niñas, ni los colegios son espacios para discutir sobre política de manera ciega, por el contrario, son los centros educativos en donde se pueden dar debates formados y formantes de próximos adultos. Por esto también su carta se sale completamente de contexto, crea una xenofobia política que no debería darse nunca dentro de las familias ni centros de formación y mucho menos involucrar niños.
Si ustedes no quieren que sus hijos crezcan con un pensamiento político diferente al que creen “correcto”, pues háblenles de frente, no creen radicalismos ni discriminaciones sacando a otros de su camino porque piensan que los pueden contaminar con ideas. Recuerden que la educación también se da en casa, no solo en los colegios, aunque dudo un poco en qué tipo de educación puedan brindar.
Como lo expresaron las directivas del Colegio,seeduca“convaloresyprincipiosque orientan la formación de estudiantes asociados al pensamiento crítico, pluralismo, respetoporladiferencia,respetoporelotro y por la democracia”.
No hay una sola conducta del alcalde Quintero que pueda ser tan reprochable, como la carta escrita por ustedes, ojalá puedan reflexionar, porque el efecto de sus actuaciones no solo recae sobre los hijos ajenos, también son ejemplo para sus propios hijos.
Un ciudadano racional.