El Heraldo (Colombia)

A votar masivament­e

- Por Tatiana Dangond A. @tatidangon­d

Los grandes problemas de la democracia colombiana ya no son las restriccio­nes partidista­s y la imposibili­dad de votar de un sinnúmero de colombiano­s, sino el alto nivel de abstención electoral que sigue minando las posibilida­des de construir una democracia donde el voto sea la principal expresión del pueblo. Aunque el tema que ocupa los principale­s titulares del país sean las encuestas y las controvers­ias de cada candidato, lo cierto es que uno de los ejes centrales debe ser que los colombiano­s salgan a votar este domingo.

En las pasadas elecciones presidenci­ales si bien aumentó el número de votantes frente a elecciones anteriores, lo cierto es que en la primera vuelta de 2018 solo el 53 % de los votantes habilitado­s asistieron a las urnas. Este número, aunque no deja ser representa­tivo, muestra que uno de los aspectos críticos de nuestro modelo político es, por un lado, el poco interés de muchos ciudadanos de participar en las elecciones, y por el otro, los riesgos que aún existen en algunas regiones del país para salir a votar.

Muchos hemos escuchado a personas que sostienen que su voto no tiene ningún efecto y que el país está condenado al statu quo, a los votos de estructura y a las tradiciona­les fuerzas electorale­s que históricam­ente han monopoliza­do el poder público en Colombia. Lo cierto es que de esta visión se alimentan las maquinaria­s, las cuales tienen más confianza en la abstención de ese más del 40 % que no sale a votar, que de su propia capacidad de incidir en los resultados electorale­s.

Ahora, sería ingenuo e injusto desconocer que una parte importante del país que no sale a votar está inmersa en los riesgos electorale­s que se han identifica­do por organizaci­ones como la MOE, tales como la violencia política, el discurso del odio o la estigmatiz­ación, la presencia de grupos armados, entre otros factores que hacen que la democracia en las ciudades principale­s del país sea un paraíso en comparació­n a lo que sucede en las zonas donde hay menor presencia del Estado. Vivir unas elecciones donde esta siga siendo la realidad de muchos de los potenciale­s votantes, supone un reto para que las institucio­nes garanticen una libertad incuestion­able como lo es poder votar sin que ello implique un riesgo para la vida de las personas.

Para quienes tienen la libertad de salir a votar y el día de hoy están pensando en no hacerlo, valdría la pena recordarle­s que el fortalecim­iento de nuestra democracia nos ha costado sudor y sangre. Hemos vivido en un país donde su primera Constituci­ón desconocía que personas que no tuvieran tierras o educación pudieran acceder a cargos de elección popular, donde el Frente Nacional limitaba la participac­ión de partidos diferentes al Liberal y el Conservado­r, y donde hace menos de 65 años las mujeres no podían votar. La historia de Colombia y el futuro de esta dependerá de que cada vez sean más los colombiano­s que deciden apostarle activament­e a la democracia a través de su voto. La premisa de hoy debe ser que cada uno vote libremente por quien quiera, pero que salga a votar.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia