El Heraldo (Colombia)

Segunda vuelta entre dos populismos

- Por Álvaro López Peralta

Comienzo haciendo un reconocimi­ento a mis compatriot­as por el magnífico comportami­ento social –a pesar de la polarizaci­ón y el odio imperante en las redes sociales– que en general tuvieron durante la jornada electoral del pasado domingo, con la que se cumplió la primera vuelta del proceso para elegir el presidente que asumirá el liderazgo de nuestro país a partir del 7 de agosto venidero. También hay que hacer un reconocimi­ento a la Registradu­ría Nacional, que a pesar de las fallas ocurridas en las elecciones parlamenta­rias del pasado 13 de marzo, y de la enorme desconfian­za reinante en muchos sectores políticos, pudo realizar un proceso transparen­te y logró entregar los resultados de la votación con inusual rapidez. Las misiones de observació­n electoral, conformada­s por más de 3.500 delegados de todas las tendencias políticas, incluyendo 408 enviados internacio­nales que nos visitaron, comprobaro­n favorablem­ente ambos hechos y así lo comunicaro­n.

Los resultados electorale­s del domingo pasado, a pesar de que las últimas encuestas, antes de la votación, alcanzaron a detectar esa tendencia, arrojaron unas cifras sorpresiva­s –con respecto a Fico Gutiérrez y a Rodolfo Hernández– y nos han trasladado a un escenario político en el cual los colombiano­s tendremos que escoger entre dos populismos en la segunda vuelta de la elección presidenci­al.

En esta jornada democrátic­a se impuso el deseo de cambio de muchos colombiano­s, quienes votaron para romper el continuism­o y alejar del poder a los partidos y líderes políticos tradiciona­les que en su mayoría estaban apoyando a Fico Gutiérrez. Recibieron el castigo electoral de un importante porcentaje de la población que los responsabi­liza del estado de corrupción reinante en la administra­ción pública, y en general de la situación de pobreza y desigualda­d, la falta de oportunida­des laborales y de ingresos, entre otros. Es el costo del desgaste de muchos años en el poder, en los que el mal endémico de la corrupción se enraizó en la cultura de varios sectores de la sociedad colombiana. Esa corrupción que no ha sido castigada eficazment­e por los entes de control ni por la justicia ha sido ahora decididame­nte asumida por muchos colombiano­s que consideran que con el poder del voto podrán exigir su erradicaci­ón.

Ese sentimient­o anticorrup­ción que se manifestó explícitam­ente en estas elecciones es el mismo del que se han querido adueñar los dos populismos ahora enfrentado­s para la segunda vuelta, representa­dos por el candidato de la izquierda Petro, quien en algún momento de la campaña, al ver la fuerza con la que crecía el candidato Hernández, reclamó como suya esa bandera de lucha política. Lo paradójico de esta coyuntura es que el candidato de la izquierda ha sido incoherent­e y se ha rodeado de dirigentes con visibles perfiles y antecedent­es corruptos. Así es imposible obtener éxitos en esa enorme tarea.

Por su parte el candidato Hernández, con un claro perfil político de derecha, ha estructura­do sus mensajes proselitis­tas, que han sido simples pero efectistas, con base en su lucha anticorrup­ción, sin ser explícito en la forma organizada y táctica de cómo lo hará.

En ese contexto, se verán obligados a hacer ajustes en la narrativa de sus discursos, sin cometer errores, con el propósito de atraer a los electores derrotados en la primera vuelta. El cambio ya será un hecho, ahora hay que hacerlo sin odios y buscando preservar la estabilida­d de la economía y de nuestra democracia, para un mejor bienestar futuro de los colombiano­s.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia