200 años de relación bilateral
No se habla de Bruno no no… con su interpretación, que simboliza los frutos de la relación entre Estados Unidos y Colombia, Carolina Gaitán se llevó los aplausos del público que presenció la celebración de los 200 años de la relación bilateral entre Estados Unidos y Colombia, así como los otros artistas tanto colombianos como estadounidenses que engalanaron la puesta en escena en el Kennedy Center de Washington DC.
En el mes junio de 1822 se establecieron oficialmente las relaciones diplomáticas entre ambas naciones y, desde entonces, la relación ha tenido diversos matices, prioridades y retos. Sobre todo, ha ido evolucionando a través del tiempo logrando generar importantes oportunidades de crecimiento y desarrollo para nuestro país en diferentes ámbitos, como el de seguridad, comercial, ambiental y humanitario. El presidente Duque recordó en su intervención importantes hitos de esta relación: el desarrollo del Plan Colombia con el presidente Clinton, la firma del TLC con Bush, su implementación con Obama, el apoyo de Trump a la crisis migratoria venezolana y el reconocimiento de Biden a Colombia como un Mayor NON-NATO
de Estados Unidos. Los frutos de esta relación se han cosechado en Barranquilla desde el siglo XIX y hasta la fecha. La influencia y los aportes de migrantes estadounidenses en el desarrollo cultural, empresarial y arquitectónico de la ciudad han sido claves para su crecimiento. Por ejemplo, Karl C. Parrish, un visionario ingeniero nativo de Iowa, fue uno de los precursores de la construcción del icónico barrio El Prado que, gracias a su planeación urbanística y espíritu moderno, se convirtió en un referente regional para la época.
En el marco de la celebración se llevó a cabo el lanzamiento del libro conmemorativo publicado por el Atlantic Council, “Allies: Twenty-seven bold ideas to reimagine the Us-colombia relationship”. A través de voces diversas de líderes de ambas naciones socias y aliadas, el texto propone 27 ideas audaces para fortalecer la relación entre ambos países y, basados en los intereses y valores comunes, seguir avanzando en medio de la incertidumbre global.
Una de las temáticas abordadas es la migración. En el artículo escrito por Andrew Selee y Diego Chavez del MPI (Migration Policy Institute) mencionan el trabajo cercano entre estos dos países en pro de una estrategia regional que promueva la migración segura y ordenada. Asimismo, resaltan que el éxito de la respuesta migratoria de Colombia dependerá, en gran medida, de la solidaridad de otros países y que EE. UU. puede jugar el más importante rol mediante su influencia y capacidad de aporte de recursos para fortalecer los sistemas de educación, salud e infraestructura en Colombia, y así garantizar la integración de la población venezolana y retornada, y a su vez propender por el beneficio de las comunidades de acogida.
Un ejemplo concreto actual, es el Proyecto Integra de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que invertirá 40 millones de dólares en Colombia para contribuir a la gestión de la migración venezolana fortaleciendo la gobernanza y el acceso a servicios, la generación de oportunidades económicas, y la lucha contra la xenofobia. Sin duda, la relación entre Colombia y Estados Unidos tiene un alto valor estratégico para ambos países, es fundamental que el próximo gobierno nacional mantenga las mejores relaciones y siga construyendo una política de relaciones internacionales provechosa para el país.