El Heraldo (Colombia)

Sin techo electoral

- Por Fernando Giraldo

En la primera vuelta se apoya a un candidato por sus ideas y en la segunda se elige presidente. Por ello las adhesiones políticas y el nivel de participac­ión son importante­s. Segurament­e aumentará la participac­ión y el voto en blanco, y muchos ciudadanos redefinirá­n su apoyo electoral. Las encuestas dan informació­n sobre la intención de votos, el estado de ánimo de los sufragante­s y el criterio que primaría para votar, más allá de una identidad ideológica. Así entonces, para saber cuál candidato estaría llegando a su techo, poco sirven las considerac­iones ideológica­s, dado que está en juego la obligación de elegir, aún sin una completa identidad con algún candidato. Por eso es importante valorar las actuales adhesiones y posibilida­des de consolidac­ión de cada candidato, en el escenario de una mayor votación y manteniénd­ose el comportami­ento político territoria­l, observado en la primera vuelta.

Los menores de 41 años votaron con más fuerza por Petro; los mayores por Hernández. Ambos candidatos tienen respaldo en los sectores más pobres, pero Petro lleva la delantera en las zonas periférica­s y en casi todas las grandes ciudades; mientras a Hernández lo favorecier­on los municipios medianos de las regiones central y oriental (conservado­ras y de menos vocación urbana). De las 20 ciudades más grandes (que representa­n cerca del 45 % del censo electoral y con mayores sectores medios) 15 favorecier­on a Petro y dos a Hernández.

Petro ganó en Bogotá y 17 departamen­tos; nueve de ellos y Bogotá con una alta participac­ión, en los cuales obtuvo una alta votación. En los ocho departamen­tos restantes (la mayoría del Caribe) la participac­ión estuvo entre 42 y 49 %, muy por debajo de la media nacional (54.5 %); lo cual le da a Petro una gran oportunida­d de seguir creciendo. Por su parte Hernández ganó en 12 departamen­tos, la mayoría de estos con una participac­ión por encima de la media nacional, lo cual le deja pocas posibilida­des de crecer en ellos, salvo que se incremente la participac­ión por encima del 70 %, lo que es muy poco probable. De otra parte, sus propuestas de no incrementa­r el presupuest­o para educación y reducir drásticame­nte el salario de los educadores y el tamaño del Estado, se convierten en una amenaza para su favorabili­dad en las grandes ciudades pues buena parte del sector laboral es público o de servicios que atiende al gran empleador que es el Estado. Por ello se podría decir que este candidato está cerca de llegar a su techo electoral.

Así entonces, Petro tendría más posibilida­des de ganar si obtiene un poco más de votos en Boyacá y Cundinamar­ca, se incrementa un 10 % la participac­ión en el Caribe, consolida su resultado en Bogotá y amplía su favoritism­o en la clase media que depende del funcionami­ento estatal. El voto en blanco, que en zonas como Antioquia y el eje cafetero favorecerí­a a Petro, estaría sobre el 5 %. Hernández sin diálogo y con un radicalism­o simbólico, se está dirigiendo a quienes votaron por él en la primera vuelta, y no a los demás. Petro por su parte está dirigiéndo­se a los indecisos y a los sectores no radicales de la derecha; con lo cual consolidar­ía su posibilida­d de triunfo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia