Gustavo Petro histórico
Desconozco si Gustavo Petro ganará la presidencia de Colombia. Sin embargo, estoy seguro que perdiéndola, hará parte de la historia del país como el más grande político, agente de cambio de la hegemonía de los partidos tradicionales en Colombia.
No se trata de una afirmación apasionada, mentirosa o fanática, está respaldada objetivamente por 8.527.768 colombianos en la primera vuelta, quienes aclamando un cambio depositaron sus votos por el líder de la Colombia Humana, con un 40,32% de la votación.
“Lo cortés no quita lo valiente”, se acepte o no, Gustavo Petro desde décadas ha puesto la agenda política del país.
Es centro del presente debate presidencial, siendo “Petro” el nombre más nombrado en medios; su programa el más debatido; figura obligada a vencer; candidato más votado y vituperado; y, “centro de mesa de la familia colombiana”.
Quizá el mérito histórico más importante de Gustavo Petro es haber ejercido oposición a los gobiernos de turno, actor fundamental de los sistemas democráticos del mundo, los cuales serían dictadura sin el ejercicio necesario de la oposición política, excelsamente personificada por él en Colombia.
Aunque eventualmente no gane en esta ocasión, los resultados de la primaria presidencial son tozudamente demostrativos del liderazgo de Petro como gestor de cambio de los actores tradicionales del poder hasta el punto de que todos unidos en gavilla, otra vez en su contra, fueron vencidos.
Para entenderlo mejor, se ilustra este planteamiento, parodiando una frase reciente de un general de la república: “Petro… jamás me iré… porque dejaré muchísimos Petros en la política nacional”.
El estallido social, hambre y falta de oportunidades no han sido generados por Petro, “la culpa” de la inconformidad generalizada contra los partidos y movimientos políticos, proviene exclusivamente de gobiernos de la clase política tradicional, ensañada contra la Nación colombiana. Los verdaderos responsables de la debacle nacional son los políticos, partidos y movimientos corruptos, que se han unido históricamente como “hienas del erario” para robarse la hacienda pública, sin importarles generar desigualdad, pobreza y, exclusión de las grandes mayorías. A manera de conclusión:
1.- Cambio, mensaje para la clase política. Petro con 8.527.768 y Hernández con 5.953.209 sumaron 14.480.977, el 68,47% de votos en primera vuelta. Verdad electoral de cambio depositada en las urnas. Derrotando las fuerzas tradicionales que obtuvieron 6.298.687 votos con un 29,75%.
2.- Escupir para arriba. Asistimos a la campaña más sucia de la historia, paradójicamente decidirán la presidencia de Petro o Hernández, los 6.298.687 votos de fuerzas tradicionales, abstencionistas y voto en blanco, produciéndose un tácito “todo vale por el poder” que pone en vilo un auténtico cambio.
3.- Enemigo del cambio. No es Petro, tampoco es Hernández. Ellos son el cambio, ya está dado en las urnas. Enemigo del cambio son las fuerzas políticas tradicionales acomodándose. ¡Vote consciente, informada y libremente, haga parte del cambio!