Se cuenta con ellos
Asolo horas de la elección presidencial podría decirse que la suerte está echada. Por lo menos para los votantes de Petro, en su mayoría jóvenes sin mayor preparación que no cambiarán su intención de voto ocurra lo que ocurra: Que los “petrovideos”, que lo filmaron contando billetes de un “cruce, que “el cacas”, que se eternizará en el poder, que plantea acabar con la minería, el petróleo, los fondos pensionales, y con el Esmad, que lo apoyan los narcos, que está rodeado de lo peor, que su equipo no tiene límites y van pa’ la que sea, en fin, nada les importa. “No sé por qué” o “porque sí” será siempre su tajante respuesta cuando se les pregunta la razón de su voto, eso cuando no confiesan su vana ilusión de recibir una mesada sin hacer nada, o afirman que Petro representa un cambio sin aclarar qué clase de cambio. Ese es nuestro pueblo, y no solo colombiano, sino latinoamericano. Fíjense
Cuba, Nicaragua, Venezuela, y hasta los arrepentidos chilenos.
Triste que no es solo la ignorancia, sino que también están aquellos impulsados por oscuros intereses, los que, confiando en la capacidad tramoyera de Santos, autor intelectual y material de todos los desastres del país, patean sus propios principios con la esperanza de futuros privilegios, verbigracia Gaviria, se dice que quiere ser alcalde de Bogotá. Esos son los peores.
Afortunadamente esa militancia, tanto la ignorante como la interesada y desleal, tiene su techo, porque la sensatez los supera en número. No importa lo que muestren las erráticas encuestas, el ingeniero ganará ampliamente. Por lo menos será una gran mayoría acudiendo a las mesas de votación. Y pese a que Duque no brinda muchas garantías de mano firme, la gente decente no se asustará con las amenazas de “Explosión social” y otros atropellos que afirman tener listos las tales “primeras líneas” vandálicas, y todos estarán prestos a defenderse y a defender al país. Ya lo demostraron en Cali, pese a los problemas con una justicia sesgada que envaina a los defensores e ignora a los atacantes. No importa, la gente no se dejará amedrentar.
Empero, la amenaza más grave son Vega y sus cómplices tramando fraude. En las parlamentarias ocurrió lo que en ningún país civilizado se hubiera dejado pasar por alto. Y aunque en la primera vuelta no hubo problemas, de pronto por no ser decisiva, revive la amenaza, los organismos electorales no brindan ninguna seriedad y, al revés, despiertan mucha suspicacia.
Queda, entonces, la franja etaria de los mayores, los con formación y criterio, donde lamentablemente es muy numerosa la abstención. A ellos hay que explicarles que no se trata de un juego de Rodolfo contra Petro, sino de una decisión determinante para el país, que Petro representa el cambio para caer en el caos, y el ingeniero un cambio a las costumbres politiqueras, una derrota tanto para el destructor comunismo como para la enquistada burocracia que nos agobia; que abstenerse o votar en blanco es antipatriótico y que, para derrotar las amenazas, el país cuenta con ellos.