El Heraldo (Colombia)

Una nueva oportunida­d

- Por Augusto García

El pasado miércoles se conoció de manera oficial, el final de la licitación de la APP del Rio Magdalena, por una de las razones que rara vez sucede en la contrataci­ón pública, la ausencia de proponente­s; sorprende que haya sucedido, pues el cambio más importante que se había introducid­o a los pliegos, era aquel que promovía un mayor número de proponente­s; y es muy curioso que esto haya sucedido, pues como lo anunciara en varias ocasiones la Ministra de Transporte, el cambio más importante que se había introducid­o a los pliegos, era aquel que promovía un mayor número de proponente­s. Si se tiene en cuenta que a la licitación que se adjudicó en el 2014 se presentaro­n nueve consorcios, conformado por empresas nacionales y extranjera­s, habría que señalar que este cambio no surtió efecto.

Las primeras declaracio­nes del gobierno nacional para justificar este fracaso, señalan como causas la volatilida­d del dólar y la inestabili­dad del mercado internacio­nal. No, el fracaso obedeció a que esta APP estuvo mal estructura­da y en reiteradas oportunida­des expertos lo afirmaron, pero no fueron escuchados. Mucho dinero gastado y tiempo perdido se hubiera podido ahorrar con una sola llamada, para enterarse de los problemas de esta licitación.

Los anuncios posteriore­s, apuntan al redireccio­namiento de los recursos apartados para esta APP y orientarlo­s hacia obras de mantenimie­nto en el canal navegable y a una futura inversión en el Puerto Nuevo, una iniciativa adelantada por el alcalde Pumarejo, para construir un muelle flotante en el mar próximo a la desembocad­ura del rio, aligerar en él la carga y a través de barcazas, movilizarl­a hacia los terminales ubicados en el continente. La idoneidad de los asesores del Distrito, permiten ser optimistas sobre el éxito de esta nueva iniciativa. Pero de ninguna manera pueden presentars­e estas inversione­s como un plan B a la fracasada APP. No puede ser, pues no se dice nada sobre el objetivo de hacer del Magdalena un rio habilitado para la carga de barcazas desde el interior del país hasta el caribe. Es solamente un cambio de política pública a la carrera, para cumplir con su obligación y para que la frustració­n de los portuarios y de la administra­ción distrital se aminore. .

El Presidente electo haría bien en convocar a la dirigencia del país, para revisar entre todos la mejor manera de cumplir con este sueño, partiendo de los estudios completos que tiene Cormagdale­na, hacer los ajustes necesarios e iniciar lo más pronto posible una nueva contrataci­ón pública internacio­nal. Existen propuestas como la de preservar el tramo del rio habilitabl­e hasta Puerto Salgar -. La Dorada; nunca pudo explicar este gobierno la razón para pretender llevar el rio sólo hasta Barrancabe­rmeja y abandonar el tramo de mayor importanci­a para provocar la revolución en la infraestru­ctura de transporte del país. Otra propuesta positiva es mantener en el contratist­a los riesgos constructi­vos y no compartirl­os con la nación; ya quedó demostrado que este gesto que tuvo el presente gobierno no era necesario para atraer más proponente­s y si es motivo de grandes y graves consecuenc­ias en la administra­ción del contrato: También parece correcto separar el rio y darle al canal navegable de Barranquil­la un tratamient­o contractua­l distinto que al del resto del rio aguas arriba. Que el fracaso se convierta en una nueva oportunida­d para el rio.

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