¿Qué pasará con la política migratoria?
Cerca de 2.000.000 de personas provenientes de Venezuela han ingresado al país en los últimos años en búsqueda de nuevas oportunidades, de la misma manera en la que millones de colombianos migraron a Venezuela en el siglo XX encontrando un país con brazos abiertos. Este flujo masivo ubica a Colombia como el país de América Latina y el Caribe con el mayor número de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo venezolanos.
Por lo tanto, la capacidad de respuesta ha tenido que ser rápida, la normativa nacional y local se ha tenido que adaptar y evolucionar para hacerle frente a la crisis, y se han creado instrumentos que cada día fortalecen más la gobernanza migratoria y la atención a esta población, con el fin de que este fenómeno se dé de manera ordenada, digna, segura y beneficiosa para todos. En estos últimos años se ha avanzado de un enfoque de asistencia humanitaria, hacia uno de protección social e integración económica y cultural. Mientras muchos países han respondido desde la xenofobia, Colombia, a pesar de sus necesidades, ha logrado importantes avances en gestión de la migración lo cual le ha permitido la consolidación de importantes alianzas internacionales.
Tres respetuosas sugerencias al nuevo presidente de la República para continuar construyendo sobre lo construido, y aprovechar los frutos de esta labor traduciéndolos en productividad e ingresos para esta población y sobre todo, en desarrollo para el país.
Continuar promoviendo la regularización de la población a través de la implementación del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPMV), y aprovechar sus frutos fortaleciendo los procesos de integración productiva. El ETPMV busca estimular el tránsito al régimen migratorio ordinario y disminuir las cifras de migración irregular, a través de la expedición de un Permiso por Protección Temporal que facilitará el acceso a trabajo, educación, salud, servicios sociales y financieros, maximizando así el aporte de los migrantes a la construcción de país.
Continuar trabajando con los aliados de cooperación internacional que están en el país, fortaleciendo las relaciones y aprovechando sus aportes. Así como seguir fortaleciendo la política de relaciones internacionales para jalonar apoyos y recursos que logren impulsar simultáneamente, la inclusión de los migrantes y el progreso de las comunidades de acogida, fortaleciendo así el desarrollo social de los territorios.
Apoyar la gestión territorial a través del fortalecimiento de los Centros Intégrate, desde donde se brinda una atención integral a la población. Estos fueron creados este año con el apoyo de la Gerencia de Fronteras, USAID y OIM. Barranquilla ha sido pionera de este modelo, ya que desde 2019 contamos con el Centro de Integración Local para Migrantes que se ha convertido en un referente a nivel nacional e internacional, y sobre el cual hemos sido invitados a exponer en el Foro Urbano Mundial en Polonia a fin de este mes.
La integración de la población migrante es posible, beneficiosa y ante todo necesaria. La migración nutre a un país, se ha demostrado que si se gestiona adecuadamente genera crecimiento y desarrollo. Esta es entonces una invitación para que el nuevo gobierno siga apostándole a la integración, a seguir avanzando el camino que se ha empezado a recorrer en Colombia, y que demuestra que aunque sean grandes los retos, es posible transformar esta crisis en oportunidad, impactando positivamente el desarrollo social de los territorios.