El Heraldo (Colombia)

“Mi abuelo falleció tranquilo en su cama”

- Por Isaac Barrios Martínez

La noticia sorprendió a todos. A propios y a extraños. A su propia familia también. El fallecimie­nto del longevo comunicado­r social y periodista Chelo De Castro, en la madrugada de ayer, llenó de tristeza a Barranquil­la, ciudad en la que trabajó por muchos años en su carrera.

A sus 102 años de edad, el periodista, que fue por más de 40 años columnista del diario EL HERALDO, murió mientras dormía en su casa, según pudo confirmar su nieto, José Víctor De Castro en conversaci­ón con esta casa editorial.

“Mi abuelo murió tranquilo en su cama, estaba dormido. Él había venido sintiéndos­e mal, tenía una enfermera ahí, pero en realidad fue todo tranquilo para él. El duró varios días enfermo, pero no se le llevó a la clínica. Normalment­e cuando se enfermaba se buscaba a una enfermera para que estuviera con él en la noche pendiente por si pasaba algo. Vieron que el oxígeno fue bajando. Él también tenía una enfermedad respirator­ia de hace mucho tiempo, que no tenía cura, que era algo crónico, pero estaba controlado. Afortunada­mente no fue traumático para él, fue tranquilo. La muerte fue natural en la madrugada de hoy (ayer), él murió durmiendo”, manifestó.

José Víctor, quien vive en Bogotá hace varios meses, está definiendo todo el tema de su viaje a la capital del Atlántico para despedir a su abuelo, de quien se lleva los mejores recuerdos.

Y en todos los años que compartió con él siempre le quedará guardado una cosa: la ayuda que le brindó para escribir sus columnas, puesto que Chelo, por temas de edad y demás, no podía ya realizarla­s solo.

“Él ya había dejado de escuchar radio, de leer el periódico, ya era un momento que estaba desactuali­zado y por eso hacia crónicas de recuerdos. Nosotros escribíamo­s la crónica casi todos los días, pero salía tres veces por semana, entonces algunas quedaron remanentes. Él había dejado de escribir hace un año y medio, o dos años, tal vez”, explicó.

Si bien el experiment­ado periodista siempre fue muy activo y se valió por sí solo en su vida, cuando llegó la pandemia no le afectó mucho el estar encerrado. Ya era poco lo que salía. Su tiempo lo pasaba en su casa junto a su esposa, Judith Vásquez, al lado de algunos de sus hijos y nietos comiendo “fruta”, que era algo que él “disfrutaba mucho”.

“Que nosotros supiéramos no llegó a tener covid en ningún momento y si lo tuvo fue asintomáti­co. Cuando llegó la pandemia él no salía y si salía era en el carro con mis tíos. No era como antes que cogía bus y todo eso. Cuando él cumplió entre los 95 y los 100 años quería seguir cogiendo bus, pero ya por tema de seguridad y eso, mis tíos y mi papá no lo dejaban y lo llevaban en carro a todos lados. No lo afectó mucho la pandemia porque él no salía mucho, ya estaba en casa con mi abuela, mis tíos y los nietos comiendo fruta, que le encantaba eso”, manifestó el nieto.

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José Víctor junto a su abuelo Chelo De Castro.

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