Ola invernal tiene en jaque a la Costa
De acuerdo con las proyecciones del Ideam, entre los meses de julio y septiembre se esperan lluvias por encima del 30 % en el promedio histórico en la región Caribe por cuenta del fenómeno de La Niña.
El segundo semestre del año llegará acompañado de un recrudecimiento de las lluvias en toda la región Caribe. Durante las últimas semanas, en los siete departamentos se han reportado afectaciones a causa de las incesantes precipitaciones que han marcado esta temporada, que históricamente se ha conocido como “de menos lluvias”.
El panorama es poco alentador. De acuerdo con las proyecciones del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), entre los meses de julio y septiembre se esperan lluvias por encima del 30 % en el promedio histórico en la región Caribe a causa de la presencia del fenómeno de La Niña, que –dicho sea de paso– podría extenderse hasta los primeros meses de 2023. Asimismo, entre octubre y diciembre – que corresponde a la segunda temporada de lluvias– se podría registrar un incremento del 20 % en las precipitaciones en comparación con los promedios de 1991 a 2020. A esto se suma la temporada de huracanes en el océano Atlántico, la cual se extenderá hasta noviembre y representa una “amenaza directa” para la costa Caribe.
Hay que destacar que, en la última década, las lluvias en el país han tenido una marcada tendencia. En 2012, según un informe del Ideam, en el país se contabilizaron 3.030.084 milímetros de lluvia en todo el país. Para 2021, esa cifra alcanzó los 3.163.460 milímetros.
Por eso, las poblaciones del cono sur del Atlántico vuelven a ser acechadas por una silenciosa, pero contundente amenaza. El rápido crecimiento de los niveles del río Magdalena y el Canal del Dique han vuelto a generar zozobra entre sus habitantes, que aún siguen sin recuperarse de los funestos efectos de la emergencia invernal vivida en 2010. El Consejo Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres, recientemente, decidió declarar la alerta amarilla por la rapidez con la que el nivel del río Magdalena ha aumentado su nivel. De acuerdo con los registros, en la estación San Pedrito, a la altura del municipio de Suan, las aguas se encuentran a menos de 1,60 metros de la cota de desbordamiento (9,20 metros).
En el Canal del Dique, por su parte, la alarma no es menor. La tendencia al alza en sus niveles, así como en sus aportantes, conllevó a mantener la alerta naranja. Una medida que refuerza la declaratoria de calamidad pública que los alcaldes de Manatí, Sabanalarga y Repelón adoptaron a mediados de mayo. Para Barranquilla, la situación es igual o más compleja. La ciudad ha estado bajo el agua y tan solo el pasado 11 de junio se presentó un aguacero que equivale al 15 % de las precipitaciones de un año. Ese día, según la estación ubicada en el parque Las Nieves, en la ciudad cayeron 94 milímetros de lluvia durante 45 minutos.
A raíz de eso se reportaron emergencias en, por lo menos, 4 barrios y más de 1.500 familias damnificadas por el crecimiento de arroyos y el desbordamiento de cuerpo de aguas como el caño de La Auyama. Sin duda, la imposibilidad de controlar los fenómenos naturales conlleva a que los barranquilleros y atlanticenses hagan gala de su cultura ciudadana para evitar mayores estragos por la disposición de residuos en los cuerpos de agua. Las autoridades distritales han reportado, en lo corrido del año, la remoción de 100 toneladas de desechos como plásticos, muebles, entre otros, en los arroyos de la ciudad. La ciudadanía no debe bajar la guardia y adoptar medidas que permitan reducir la posibilidad de que se presenten emergencias ante la marcada probabilidad de eventos extremos de lluvia. En tanto que las autoridades no pueden descuidar ni por un segundo las labores de prevención y monitoreo para mitigar el impacto de la ola invernal que nos azota y, en la medida de lo posible, evitar tragedias.
En la última década, las lluvias en el país han tenido una marcada tendencia. En 2012, según un informe del Ideam, en el país se contabilizaron 3.030.084 milímetros de lluvia en todo el país. Para 2021, esa cifra alcanzó los 3.163.460 milímetros.