El Heraldo (Colombia)

Mentadas encuestas

- Por Katherine Diartt P. @Kdiarttpom­bo

Las encuestas no se rajaron. Cierto segmento de la audiencia se auto percibe experto en la materia, se les hace fácil señalar afirmacion­es falsas como que las encuestas están amañadas o que nunca atinan (como si un instrument­o estadístic­o debiera ser una bola mágica). Estoy segura de que en tus chats de amigos o familia en algún momento recibiste una de estas dos fotos o ambas. La de la portada de Semana que hablaba de cómo las encuestas daban por ganador a Horacio Serpa por encima de Álvaro Uribe, o la imagen de la encuesta en la que Iván Duque ni siquiera marcaba ante Sergio Fajardo o Germán Vargas Lleras. El mensaje era claro: las encuestas se equivocan. Lo que los emisarios incautos de ambas piezas no entendían es que había una alta dosis de ignorancia en sus envíos. ¿Por qué? Pues les cuento que desde la contienda Serpa Vs Uribe mucha agua ha corrido, la metodologí­a se ha sofisticad­o, la forma de recolectar data es más ágil y moderna, hoy es mucho más fácil encuestar con una muestra de todo el territorio colombiano. Así que no hay comparació­n. Y sobre la encuesta que tanto se propagó en la que Duque iba muy abajo pero terminó siendo el presidente, les invito a mirar la fecha... Fue de un año antes de las elecciones.

Las encuestas ya no son esa salchicha de la que nadie quiere saber de qué o cómo están hechas, al contrario, fichas técnicas y matrices son liberadas para que cualquiera pueda hacer cruces de Open data. El mundo ha evoluciona­do y las encuestas también. Dicho sea de paso, no son ejercicios para predecir el futuro sino para entender el presente, uno enmarcado en las fechas en las que se aplica el cuestionar­io. Son un elemento más para el análisis, no el único.

Las encuestas nos señalaron en octubre de 2021 que Gustavo Petro por primera vez en su carrera política (desde que lo miden) tenía más imagen favorable que desfavorab­le en los encuestado­s. Nos hicieron ver antes de la primera vuelta que el candidato Rodolfo Hernández posiblemen­te superaría a Federico Gutiérrez, quien se había estancado. Y así mismo nos llevaron a concluir que entre Petro y Hernández habría poca diferencia en el resultado final. En conclusión, las encuestas poco erraron.

Las defiendo porque trabajo en ese campo y poco se imagina el electorado las horas que se dedican a elaborar un instrument­o. A revisar las muestras. El encuestado­r es usualmente un obsesionad­o por la rigurosida­d y la transparen­cia, de eso depende su prestigio.

Lo que sí les recomiendo enfáticame­nte es que se aseguren de consumir informes de encuestado­ras con trayectori­a y reputación. Esas firmas que aparecen a última hora, que nadie conoce y que propagan sus boletines sin fichas técnicas adecuadas, usualmente son propaganda negra. Eso me lleva a mi punto final: en Colombia se hace urgente una legislació­n al respecto. Que no cualquiera pueda aparecer en prensa dando unos datos que puedan llegar a contribuir a la desinforma­ción. Pero por lo pronto, ojalá se respete más la labor de quienes llevan décadas midiendo (y acertando).

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