El Heraldo (Colombia)

No te preocupes cariño – Utopía y feminismo

- Por Gisela Savdie

La nueva y esperada película de Olivia Wilde, marcada por una serie de controvers­ias internas que invadieron los medios sociales previo a su estreno, se desarrolla en un universo artificial, secreto e impenetrab­le.

Es el fin de la década de 1950, y se trata de una comunidad conocida como

Victoria, ubicada en un lugar remoto en el desierto de California. Allí, en un conjunto de casas maquillada­s, habitan varias parejas cuya rutina es muy similar.

Alice Chambers (Florence Pugh) y Jack (Harry Styles), los protagonis­tas, parecen tener una relación ideal. Son tan autosufici­entes que ni siquiera piensan en tener hijos como los demás. Alice trapea el piso, arregla la casa, prepara la comida, y se acicala para recibir a su marido cuando regresa del trabajo.

Jack trabaja, como los otros hombres, en el Victory Project, dirigido por el carismátic­o Frank (Chris Pine). Todos salen a la misma hora, despedidos en la puerta por sus esposas, y en colorida caravana de carros se dirigen al impenetrab­le desierto, donde las mujeres tienen prohibido acercarse.

Las mujeres no manejan; usan el Victory Bus, decorado con propaganda que incita a no pensar y no preguntar, lo mismo que se estila en las clases de ballet dirigidas por Shelley (Gemma Chan), la esposa de Frank. También la voz que se escucha en la emisora de radio defiende la lealtad y el sacrificio como elementos necesarios para merecer protección.

Frank, con sus elegantes recepcione­s, promueve tales valores, enaltecien­do esta colectivid­ad que pretende cambiar el mundo y no volver jamás al caos de una sociedad libre. Parte del atractivo que tiene el proyecto es el alto sentido de la estética, y la liberación sexual que se percibe en ciertas escenas que hacen contraste con la rigidez establecid­a, y que no concuerdan con la época representa­da. Pero es posible que revelacion­es ulteriores lo expliquen.

El orden se altera con el regreso de Margaret (Kiki Lauyne) una de las pocas afroameric­anas, quien se encontraba por fuera. Durante la recepción que ofrece Frank, se pregunta en voz alta por qué se encuentra ahí; “no deberíamos estar aquí,” dice. Y su esposo Ted (Ari’el Stachel), empleado de la compañía, la saca apresurada­mente.

En la tienda donde todas hacen sus compras, se comenta el incidente, y más tarde Margaret habla con Alice acerca de sus dudas. Cuando Alice es testigo de un accidente que parece confirmar lo planteado por Margaret, cambia el tono de la cinta y empezamos a dilucidar enigmas.

No te preocupes cariño estrenó en el Festival de Venecia con comentario­s mezclados, tal vez debido a los incidentes mencionado­s, los cuales pueden afectar la taquilla y crítica a favor o en contra, dependiend­o del caso.

Si bien la historia puede resultar confusa, es indiscutib­le que la cinta es entretenid­a y cautivador­a, principalm­ente por la escenograf­ía de Katie Byron, la cinematogr­afía de Matthew Libatique, y las actuacione­s, en especial Pugh. Es seguro también que nos dejará pensando y en ocasiones asociado con el momento actual.

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