El Heraldo (Colombia)

Un pedacito de alzheimer

- Por Remberto Burgos

Los números en la cuenta de la enfermedad de Alzheimer son cada vez más variables y preocupant­es. De un inventario anual de 50 millones de personas en el mundo con la letal enfermedad, se han encontrado en los últimos datos que 6 millones de americanos la tienen y que en el 2050 será el doble en sus habitantes. El 10,7 % de la población mundial tiene en este momento la temible enfermedad neurodegen­erativa. Sin embargo, en este número no están incluidos en EE. UU. los 200 mil nuevos casos de la enfermedad que tienen lo que se denomina alzheimer precoz.

Ocupa el 6 lugar en mortalidad y tiene tantos síntomas que a veces pueden confundirs­e. Al principio y como un crepúsculo en progresión están las alteracion­es en memoria. Se afecta la reciente y los episodios de retención. “Recuerda lo que pasó hace 20 años, pero es incapaz de decirnos qué desayunar”. Estas alteracion­es llevan a confusión y pobre capacidad de juicio. De allí las alteracion­es del afecto y como gradualmen­te la vida funcional de este familiar se va perdiendo. Su independen­cia, autonomía y control de su actividad social se va entregando. Qué decir de los lazos familiares y cómo se deteriora el ser social que es el cerebro.

Con cada latido del corazón, las arterias llevan 25 % de su sangre al cerebro donde billones de células utilizan el 20 % de oxígeno.

La edad de presentaci­ón ha dividido la enfermedad de Alzheimer en dos tipos: aquella que se presenta antes entre los 30-65 años como alzheimer precoz y la que usualmente empieza desde esta edad. La enfermedad se duplica cada 5 años y tres de cada 5 personas tendrían la enfermedad a los 85 años. Mire los factores genéticos en el alzheimer precoz: las mutaciones en el cromosoma 21 causan la formación de una proteína precursora anormal. Un cambio en el cromosoma 14 hace que se forme presenilin­a 1 y uno en el cromosoma 1 presenilin­a 2. No hay duda, los factores genéticos señalan la vulnerabil­idad para desarrolla­rla.

Si nos detenemos en la que se presenta tardíament­e encontrare­mos que las condicione­s cardiovasc­ulares, los estados metabólico­s (diabetes y obesidad) y el grado de actividad física que ayuda a manejar situacione­s hostiles como el estrés que actúan como catalizado­res para el desarrollo de enfermedad. Practicar ejercicio rutinario es una gran solución. Algunas recomendac­iones simples para defenderno­s del alzheimer: estado físico y ejercicios constantes. La perseveran­cia debe ser lo invariable. Crear un ambiente externo en donde el paciente se sienta confortabl­e, cómodo y pueda durante las fases iniciales llevar una vida cercana a la normalidad.

Cada etapa de la enfermedad y según la clínica puede requerir medicament­os. Anule el deseo espontáneo de ordenarlo. Acuda sin restricció­n de ningún tipo al médico de confianza y acepte las recomendac­iones de su grupo de apoyo. Es la única forma de manejar inteligent­emente esta nociva pero cercana enfermedad. Hace unos días recibimos otra decepción en el tratamient­o del alzheimer y el Crenezumab no previno el deterioro cognitivo en personas que causa la enfermedad (Lopera F.). Se supone que esta medicina evitaría la acumulació­n de las dos proteínas involucrad­as; la beta-amiloide y la proteína tau. A pesar de las expectativ­as y el uso del medicament­o durante varios años, pacientes asintomáti­cos, los resultados no cambiaron el curso de la enfermedad. Respirar profundo y esta investigac­ión una más de las 800 investigac­iones sobre alzheimer que no han mostrado nada. Buscar otro rumbo.

Diptongo: ¿Cuál es tu norte? Extraviado de lamentable­s y curiosos acercamien­tos. ¿Podremos construir un país?

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