Un pedacito de alzheimer
Los números en la cuenta de la enfermedad de Alzheimer son cada vez más variables y preocupantes. De un inventario anual de 50 millones de personas en el mundo con la letal enfermedad, se han encontrado en los últimos datos que 6 millones de americanos la tienen y que en el 2050 será el doble en sus habitantes. El 10,7 % de la población mundial tiene en este momento la temible enfermedad neurodegenerativa. Sin embargo, en este número no están incluidos en EE. UU. los 200 mil nuevos casos de la enfermedad que tienen lo que se denomina alzheimer precoz.
Ocupa el 6 lugar en mortalidad y tiene tantos síntomas que a veces pueden confundirse. Al principio y como un crepúsculo en progresión están las alteraciones en memoria. Se afecta la reciente y los episodios de retención. “Recuerda lo que pasó hace 20 años, pero es incapaz de decirnos qué desayunar”. Estas alteraciones llevan a confusión y pobre capacidad de juicio. De allí las alteraciones del afecto y como gradualmente la vida funcional de este familiar se va perdiendo. Su independencia, autonomía y control de su actividad social se va entregando. Qué decir de los lazos familiares y cómo se deteriora el ser social que es el cerebro.
Con cada latido del corazón, las arterias llevan 25 % de su sangre al cerebro donde billones de células utilizan el 20 % de oxígeno.
La edad de presentación ha dividido la enfermedad de Alzheimer en dos tipos: aquella que se presenta antes entre los 30-65 años como alzheimer precoz y la que usualmente empieza desde esta edad. La enfermedad se duplica cada 5 años y tres de cada 5 personas tendrían la enfermedad a los 85 años. Mire los factores genéticos en el alzheimer precoz: las mutaciones en el cromosoma 21 causan la formación de una proteína precursora anormal. Un cambio en el cromosoma 14 hace que se forme presenilina 1 y uno en el cromosoma 1 presenilina 2. No hay duda, los factores genéticos señalan la vulnerabilidad para desarrollarla.
Si nos detenemos en la que se presenta tardíamente encontraremos que las condiciones cardiovasculares, los estados metabólicos (diabetes y obesidad) y el grado de actividad física que ayuda a manejar situaciones hostiles como el estrés que actúan como catalizadores para el desarrollo de enfermedad. Practicar ejercicio rutinario es una gran solución. Algunas recomendaciones simples para defendernos del alzheimer: estado físico y ejercicios constantes. La perseverancia debe ser lo invariable. Crear un ambiente externo en donde el paciente se sienta confortable, cómodo y pueda durante las fases iniciales llevar una vida cercana a la normalidad.
Cada etapa de la enfermedad y según la clínica puede requerir medicamentos. Anule el deseo espontáneo de ordenarlo. Acuda sin restricción de ningún tipo al médico de confianza y acepte las recomendaciones de su grupo de apoyo. Es la única forma de manejar inteligentemente esta nociva pero cercana enfermedad. Hace unos días recibimos otra decepción en el tratamiento del alzheimer y el Crenezumab no previno el deterioro cognitivo en personas que causa la enfermedad (Lopera F.). Se supone que esta medicina evitaría la acumulación de las dos proteínas involucradas; la beta-amiloide y la proteína tau. A pesar de las expectativas y el uso del medicamento durante varios años, pacientes asintomáticos, los resultados no cambiaron el curso de la enfermedad. Respirar profundo y esta investigación una más de las 800 investigaciones sobre alzheimer que no han mostrado nada. Buscar otro rumbo.
Diptongo: ¿Cuál es tu norte? Extraviado de lamentables y curiosos acercamientos. ¿Podremos construir un país?