CONTRA EL ABURRIMIENTO
Aburridas, predecibles, con muy pocos argumentos y casi nulo debate han sido características de las campañas electorales por Alcaldía y Gobernación en estos últimos años de indiscutido unanimismo. Con muchas preguntas sin responder, temas sin tratar, silencios cómplices sin quebrantar y un marasmo ciudadano históricamente movido por planillas, mochilas y promesas, la plutocracia local sabe que no necesita esforzarse mucho para conservar su puesto. Sin negar, porque sería tonto, los evidentes avances en temas de infraestructura y salud, por ejemplo, la espesa neblina estacionada sobre los procesos de contratación, el poco respeto al disenso y ciertas posturas entre paternalistas y asistenciales sobre cultura, construcción y consolidación de un tejido social fuerte obligan y motivan el buscar propuestas.
Con la esperanza entonces de fomentar el debate, es menester ver con buenos ojos las iniciativas de varios jóvenes activistas, encaminadas todas a presentar sus nombres como opciones a marcar en el tarjetón. Bien sea por rmas o por selecciones internas en sus movimientos, el que veamos caras nuevas acompañadas de ideas sustentadas en datos y un discurso que se aparte del hegemónico inoculado hace décadas es refrescante y democráticamente necesario. De hecho, e independientemente de la liación política, el que se atrevan caras nuevas sin necesidad de esperar el guiño del gamonal no debería sonar a utopía. Grandecitos estamos como para que otra vez alguien diga que a un candidato “le toca”. A quien le debería tocar es, por n, a la ciudadanía.
Y por mínima coherencia, uno espera que esos rumores alrededor de una supuesta alianza o acuerdo para “repartirse” Alcaldía y Gobernación entre el oficialismo local y la oposición no sean sino un mal chiste producto de alguna mente retorcida. Di ícil encontrarle presentación o justificación a ese inaceptable e intragable sapo. El nepotismo, el absolutismo y las prácticas clientelistas son reprochables vengan de donde vengan.
Necesitamos que lleguen voces y propuestas distintas. No más aburrimiento electoral.