El Heraldo (Colombia)

SUEZ Y PANAMÁ, EN AGUAS TURBULENTA­S

- POR RICARDO PLATA CEPEDA rsilver2@aol.com

En la columna anterior recordamos que la redondez de la Tierra es la razón de existir de los dos atajos marítimos entre Europa y Asia que “encogieron” el mundo: Suez, al norte de África, evita darle la vuelta a esta por el Cabo de Buena Esperanza, y Panamá, al norte de la América del Sur, evita circunnave­gar esta por el Cabo de Hornos.

Por el de Panamá pasan al año 13.000 barcos, cerca del 6 % del comercio mundial. Por Suez pasan 19.000, el 12 % del comercio mundial. Es difícil exagerar los impactos de su actual crisis simultánea. Comparado con los tránsitos máximos, en las últimas semanas se han registrado disminucio­nes de tráfico hasta de un 40 % en Suez y de un 50 % en Panamá. El desvío de buques por las largas rutas que rodean los cabos adiciona miles de millas náuticas, semanas de navegación y miles de galones de bunker, combustibl­e derivado del petróleo irremplaza­ble aún para ese medio transporte. Consumo adicional que puede costar un millón de dólares por viaje, además de la demora.

La causa de la crisis en Suez es geopolític­a. El recrudecim­iento del conflicto israelí palestino se irradia a la tradiciona­l estrategia militar de Irán “en cuerpo ajeno”. En este caso, a través de sus aliados los hutíes, rebeldes chiitas en Yemen, que sabotean el tráfico a la entrada o salida del mar Rojo.

La causa de la crisis en Panamá es ambiental. El bajo régimen de lluvias en los últimos años ha tornado el ingenioso juego de esclusas en el talón de Aquiles del canal. Para atravesarl­o los buques suben al lago Gatún y luego bajan a través de ellas, lo que demanda gran cantidad de agua. La autoridad del canal se ha visto forzada a imponer restriccio­nes de tamaño y de tráfico, lo que ha generado una larga cola de espera a ambos lados. Algunos buques han llegado a pagar más de $2 millones de dólares para comprar el derecho a saltársela.

La línea de ferrocarri­l de sólo 80 km, paralela al canal, se está utilizando para el trasbordo de contenedor­es, pero agrega dos trasbordos, tiempo y costo. Además, no sirve para graneles sólidos, ni minerales agrícolas o fertilizan­tes y menos para petróleo o derivados, parte importante del tráfico. Si Colombia sueña competirle a Panamá, solo un canal acuático sin esclusas, como el Atratotrua­ndó, podría tener éxito.

Coletilla histórica.- Muchos colombiano­s aún resienten la secesión de Panamá. Pasan por alto que sin canal y dependiend­o de Bogotá, Panamá sería hoy como Buenaventu­ra y Colón como Maicao. Buena por ellos.

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