¿Ácido o alcalino?
Si no tiene idea de cuál de los dos es mejor, ni sabe cómo está el ph de su sangre, aquí le va una pista: la risa, el descanso, los pensamientos positivos y las verduras lo alcalinizan.
Una clase de bioquímica básica: el ph del agua pura es 7, valor que se considera neutro. Por debajo de este, se habla de ácido, y por encima, alcalino. El ph óptimo de la sangre se encuentra entre 7,35 y 7,42. Por eso se dice que un organismo sano tiende a la alcalinidad. “La clave está en el equilibrio y el cuerpo tiene sus propios mecanismos de autorregulación. Los excesos en cualquier extremo generan problemas. Hay que entender que el estómago requiere acidez, que la piel tiene manto ácido y no se trata de alcalinizar esos tejidos. Pero como la sangre es ligeramente alcalina, va a determinar el resultante en todo el organismo. Necesitamos que se mantenga estable porque cambios mínimos alteran todo su funcionamiento”, aclara el doctor Santiago Rojas, especialista en medicina holística.
“Lo que sucede es que la vida moderna con su estrés, obsesión por los medicamentos, falta de sueño y de descanso, y una dieta llena de procesados, nos lleva a la acidez, por lo cual es importante tener suficiente reserva alcalina para que no se saqueen las existentes en los huesos y órganos esenciales. Algunas enfermedades degenerativas como la osteoporosis, la esclerosis y el cáncer están relacionadas con la falta de balance”, agrega.
De ahí que en la actualidad no solo se señalen los milagros de la dieta alcalina, sino también de un estilo de vida que pueda describirse con este adjetivo. “Una alimentación en la que abunden las verduras de hojas verdes, preferiblemente las crucíferas (como el brócoli, las coles y la rúcula), ayuda a combatir la inflamación. Las frituras acidifican, la mejor opción son las grasas saludables como la del aguacate, los frutos secos y el aceite de oliva. Habría que disminuir lo que más nos acidifica como la comida chatarra, los paquetes, los enlatados, los embutidos y,
Un estilo de vida alcalino mejora la salud y contribuye a una mayor vitalidad,
creatividad y calidad del sueño.
sobre todo, el azúcar”, añade el experto. Por su parte, la doctora Diana Esguerra Alfonso, médica cirujana dedicada a la medicina integral, observa que “cuanto más fresco es lo que se ponga
en el plato, más alcalinizante. Lo trasnochado y quemado acidifica. Aquí en Colombia es muy fácil seguir un régimen así, gracias a la variedad de frutas y vegetales”.
Sin embargo, explica que los seres humanos no solo nos nutrimos gracias a lo que ingerimos sino que lo hacemos a través de todos los sentidos, “de lo que vemos y cómo lo vemos. Por ejemplo, si miro por la ventana y en lugar de disfrutar el paisaje, me enfoco en el trancón de la calle. Y resulta que un segundo de estrés produce ‘10 a la 10’ radicales libres, es decir 100.000 millones de sustancias de acidificación o envejecimiento celular y metabólico. Mientras que por un pensamiento positivo ganamos 5 puntos hacia la alcalinidad. A esto se suma lo que respiramos y cómo respiramos, pues por lo general lo hacemos de manera agitada. Lo que oímos y cómo lo oímos, porque uno puede comerse el menú más saludable pero no sirve igual si estamos escuchando las noticias. Está, además, lo que sentimos o dejamos de sentir, una mala relación de pareja o emociones perturbadoras, como el miedo, la rabia y la frustración, generan trastorno bioquímico. A mis pacientes les digo que empiecen por cambiar sus rutinas para que noten la diferencia. Hay casos en los que se revierten las enfermedades. Lo cierto es que las personas suelen iniciar este tipo de transformaciones cuando tienen una afección grave y no encuentran más alternativas. Por eso prefiero decir que estas acciones se traducen en economía en salud”.