PRÁCTICAS ALCALINAS
La doctora Diana Esguerra, quien en su consultorio cuenta con un equipo para medir el ph, les sugiere a sus pacientes revisar cuáles son sus pensamientos predominantes. “Que en un minuto miren de qué tipo son, pues solo los positivos sirven. Estamos a la distancia de un pensamiento de acidificarnos o alcalinizarnos”. Advierte que aunque en la vida siempre hay situaciones que duelen o incomodan, la clave está en asumirlas “con aceptación y cero resistencia. El sufrimiento se da porque las cosas no son como uno quisiera. Por ejemplo, cuánto tiempo se le da a una tusa, cuando lo más sano es desearle a esa persona que se fue lo mejor y entender que ‘aquí y ahora’ ya no está”. Estas son algunas herramientas para mantener un ph ideal:
VIVIR EN EL PRESENTE. “Significa estar conectados con cada acción que estemos llevando a cabo. Eso no quiere decir que no podamos recordar buenos momentos (eso sí, sin frustración), o que no hagamos proyecciones para el futuro”. A lo que se refiere es que si usted está leyendo este artículo, enfóquese en eso y ya.
MEDITAR. Está demostrado que esta práctica ayuda a estar en el momento presente, a respirar de manera consciente, “y a no engancharse en los pensamientos. La meditación estabiliza las ondas del cerebro y nos hace más productivos y tranquilos”.
ORAR. “Independientemente de la creencia, conectarse con la idea que uno tenga de la divinidad o lo trascendente alcaliniza”.
HACER CONTEMPLACIÓN. “Disfrutar de un paisaje, mirar en los ojos de alguien, o como cuando una mamá ve a su hijo y se deleita”.
SERVIR. “Es altruismo. Todo lo que se haga desde el amor incondicional, sin esperar ninguna retribución, como ayudar a un abuelito a cruzar la calle”.
UNA RECOMENDACIÓN FINAL: Reír, bailar y tener orgasmos.