Fucsia

Los contrastes de Charlize Theron

La actriz, poseedora de una innegable belleza, ha dejado huella en el mundo y en Hollywood, más por su carácter fuerte y auténtico que por su apariencia física. Su personalid­ad decidida ha sido pilar de su larga y reconocida carrera en el séptimo arte.

- Por: Ana María Jaramillo Castillo

es difícil creer que la sonriente, elegante y bella mujer que se ha robado las miradas y aplausos de Hollywood –en especial, ante el éxito de su más reciente cinta Atomic blonde, protagoniz­ada y producida por ella misma–, y que por más de diez años ha sido la cara de la casa Dior, sea la misma que encarna a Furiosa, la ruda guerrera de cabeza rapada que conduce un monstruoso vehículo de 18 llantas a través de la pantalla en Mad Max: furia en la carretera. O que sea quien interpreta a una temida y desalmada asesina de hombres, con pocas cejas, dientes deformados, una frente pronunciad­a y un pasado tortuoso y crudo que la llevó a ser merecedora del Premio de la Academia a mejor actriz en 2003 por Monster.

Su capacidad camaleónic­a es única y la aplica a cada aspecto de su vida. Por eso no resulta extraño que un día esté caracteriz­ando a una sexi agente encubierta de MI6, en momentos previos a la caída del muro de Berlín, y a las semanas siguientes viaje a Sudáfrica para luchar por la reducción de la violencia sexual y el VIH en los jóvenes africanos. O, simplement­e, que mientras está promociona­ndo su más reciente filme, esté corriendo contra los horarios para poder acostar a sus pequeños hijos, Jackson y August. Lo cierto es que Charlize es una mujer enigmática, que lleva una vida de contrastes, los mismos que la han convertido en una filántropa poco convencion­al, de carácter fuerte y reservado, que se encuentra en una cons-

"Creo que, durante mucho tiempo, el valor de nosotras las actrices no se celebraba sino hasta que se llegaba a cierta edad; era mucho

más difícil para aquellas mujeres tener acceso a roles no estereotíp­icos. Pero eso lentamente está empezando a cambiar".

tante búsqueda de sí misma, y que día tras día emprende una cruzada contra las injusticia­s a las que están sometidas las mujeres en el mundo.

EL PRECIO DE LA BELLEZA

Aunque para la actriz nunca ha sido un secreto que cuenta con una envidiable belleza, asegura que no es algo de lo que deba sentirse orgullosa ni mucho menos un tema al que deba hacerle una oda. Por el contrario, le contó al Wall Street Journal que ha sido un tema complicado y por el que muchas veces se ha sentido estigmatiz­ada. “Cuando empecé mi carrera, audicionab­a para muchas cosas para las que considerab­an que ‘era demasiado linda’. Lo más difícil fue cuando me presenté para mi rol en El abogado del diablo. Me sentí muy expuesta. Taylor Hackford, el director, simplement­e no estaba convencido y dijo: ‘Si tu fueras su esposa, ¿qué razones tendría él para serte infiel? Con una mujer como tú, eso es imposible’. Yo simplement­e pensaba: ‘¿Qué quiere decir eso?’”. Incluso, en una entrevista para la revista Variety, aseguró que “los trabajos con un peso importante son para la gente que tiene el físico correcto para estos, y fin de la historia. Ahora, pregunto: ¿Cuántos personajes hay para modelos elegantes, lindas, de 1,80 de estatura? Se cree que el camino es más fácil para aquellos que se ven de cierta manera, y sí, hay puertas que se abren. Pero, ¿son esas las puertas que quieres?”. Theron es una celebridad que odia aquello que la hizo famosa. En sus primeras fotos de moda, es irreconoci­ble. Por un lado, su pelo es castaño, y se ve insegura. Una mujer opuesta a la que es hoy día. Monster fue una forma de alejarse de ser definida por su apariencia, así como su papel en Young adult, donde interpreta a una alcohólica, exreina del prom, tocada por la depresión. Ambos roles opuestos al estereotip­o de la mujer bella y perfecta. “Amo llevar la piel de una mujer real, en un momento real, con una historia real, sin importar si es linda o fea, triste o rota. Estoy más interesada en la debilidad y el miedo, no tanto en aquellas cosas que son mi fuerte. Nunca he pensado en la longevidad de mi carrera; por el contrario, he querido explorar cosas distintas. Me di

cuenta de que podía construir una carrera que fuera más gratifican­te para mí al decir ‘no’”.

DURA Y FRÁGIL

Aunque a simple vista, la hoy también productora parece muy fuerte, su interior es vulnerable y carga dolores que han venido sanando con el paso del tiempo. “He tenido muchas cosas que he logrado identifica­r con ayuda y que me han afectado más de lo que me imaginaba. Fue ya más grande cuando me di cuenta de que tenía mucha rabia acumulada por muchos asuntos sin resolver: el apartheid, el sistema de salud, el sida, la pobreza, todo eso me afecta sobre manera”. Queda claro que, más allá de la política, su dolor tiene dimensione­s personales. “Las circunstan­cias de los años en formación dejan una cicatriz real; marcan. Es lo único que me pone histérica y realmente emocional. Es demasiado sufrimient­o innecesari­o”.

Theron puede hablar de vulnerabil­idad, pero su fortaleza interna prevalece. El pilar de su confianza siempre ha sido la relación con su madre, Gerda, quien le enseñó a ser capaz de trabajar, ser madre y emprendedo­ra al mismo tiempo. Juntas han disfrutado desde siempre de una cercanía que nunca se opacó por los estrictos castigos que Gerda usaba para mantener a su hija sobre la raya. Incluso, Charlize se fortaleció luego de que su madre, en defensa propia, le disparara a su esposo y lo matara enfrente de ella.

Ese es el tipo de trauma que pudo haber impuesto una sombra sobre la vida de la actriz, pero no sucedió. “Nuestras vidas han seguido; no es como que siguiéramo­s el día tras día con una maldición. Es algo que estará en mi sangre por siempre y que no puedo cambiar, pero tuve que tomar una decisión entre vivir mi vida por mí, o admitir que había pasado, y que había sido algo malo y dejarme ahogar en la culpa”. De hecho, la actriz asegura que hay otras cosas que han definido mucho más su vida, como el momento en que ganó el Óscar.

EL PESO DE LA FAMA

Más de una década después de aquel acontecimi­ento, Charlize le confesó a Vanity Fair que las mieles del éxito no eran tan dulces como parecían. “Con respecto al trabajo, te abre muchas puertas. Pero también es abrumador tener a todo el mundo aclamándot­e y diciéndote: ‘Esto es lo que deberías hacer’. Hay mucho ruido. Me sentí un tanto inestable después de aquello”. Con estas declaracio­nes, reivindicó su derecho a sentirse superada en momentos en los que su trabajo cobra demasiado peso, como cuando, luego de haber terminado la cinta Atomic blonde, tuvo que engordar para meterse en otro papel para la película Tully. Un cambio físico que, aunque ya había hecho en otras ocasiones, afectó terribleme­nte su autoestima. “Fue brutal en todos los sentidos. Esta vez sentí que mi salud estaba mal. El azúcar me llevó a una fuerte depresión. Estaba enferma. No podía perder peso. Llamé al médico y le dije: ‘Creo que me voy a morir’. Él respondió: ‘No, es que tienes 41 años’”.

No obstante, la edad no es algo que afecte a Theron. “Yo me burlo del asunto y no me oculto detrás de esto, pero quisiera que dejaran de mencionarm­e lo de la edad. En cada entrevista lo comentan. No veo por qué a los hombres no les hacen lo mismo. Quisiera que viviéramos en una sociedad que no estuviera tan obsesionad­a con eso y que simplement­e se apreciara a la persona por quien es”.

Hoy, cuenta con más películas que años, así como una considerab­le cantidad de galardones, y tiene su propia compañía de producción. Es seguidora de varias causas benéficas y pasa mucho tiempo en su fundación Africa Outreach Project. También está involucrad­a en organizaci­ones en pro de los derechos de la

"Quisiera que vivieramos en una sociedad que no estuviera tan obsesionad­a con la edad y que pudiéramos apreciar a la persona por quien en realidad es".

mujer y ha marchado a favor de la igualdad. Sus intereses externos dejan claro que su vida es mucho más que hacer películas. “Mi trabajo siempre está en segundo o tercer lugar en mi vida. A muy temprana edad comprendí que yo era responsabl­e de mi felicidad. Mi trabajo me hace feliz, pero no es lo único. No me gusta ser miserable, por eso trato de hacer lo que pueda para no tener una vida miserable”.

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Charlize en el estreno de su más reciente filme Atomic blonde.
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Mad Max, 2015.
 ??  ?? Monster, 2003.
Monster, 2003.
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contra de Donald Trump.
La actriz es una promotora de la igualdad. En enero de este año dirigió una marcha en contra de Donald Trump.
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Imagen de Dior hace 10 años.
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