Muy poderosos
¿Cómo se siente después de alimentarse? ¿Experimenta falta de energía, pesadez, descontento o le da hambre muy pronto? Si responde sí a cualquiera de estas preguntas, los superalimentos pueden convertirse en sus mejores aliados.
Por: doritamoreinis*, fundadora de Kind Kitchen; ingeniera de sistemas con estudios en yoga, filosofía, anatomía, cocina y meditación.
Sí, lo que comemos afecta directamente nuestro estado emocional, físico, energético y mental. No, no hay pastillas mágicas ni caminos cortos para lo que definimos como una dieta saludable.
¿Qué es, entonces, una dieta saludable? Aquí podríamos tener una buena, larga y controvertida conversación acerca de qué es lo mejor para estar bien. Lo que he concluido en mi experiencia personal, y trabajando con grupos, es que todos somos diferentes y no hay receta universal ni fórmula mágica. Sin embargo, lo que sí existen son lineamientos y alimentos altos en nutrientes que apoyan nuestros esfuerzos para estar mejor. A ellos son los que les llamamos superalimentos.
Este grupo está formado por semillas, raíces, frutas y verduras, que por naturaleza están cargados de grandes cantidades de antioxidantes, omegas y proteínas. Se caracterizan por ser naturales, sin procesar y sin aditivos, es decir, los consumimos tal cual se encuentran en la naturaleza, con la excepción de algunos que se pueden conseguir en polvo y que han sido sometidos a un proceso de deshidratación y pulverización que mantiene su pureza y concentra su poder. Aunque la evidencia científica tiende a contradecirse y los estudios son algunos a favor y otros simplemente buscan sacar conclusiones, somos cada vez más las personas que nos apoyamos en esta forma de nutrición como centro de nuestra alimentación. Y es que una vez los empiezas a involucrar en las comidas es inevitable sentir la diferencia en cuerpo y mente. Personalmente los
consumo a diario: cúrcuma en agua caliente al despertarme; algas verde-azules, açaí y maca en mi smoothie de la mañana; chips de quinua, como snack durante el día, y aguacate mínimo en una de mis comidas. Y estos son solo algunos ejemplos.
Al investigar más de cerca si las afirmaciones de todas sus bondades son ciertas, desde beneficios cardiovasculares, prevención del cáncer, apoyo en el control de la tensión y reducción de peso hasta mejoría de la memoria, la mejor herramienta es la experiencia propia. Ese es mi lema: más vale probar y entender, que creer a ojo ciego. Todos somos diferentes y cada persona tiene sus propias necesidades y malestares. Aquí es donde un diccionario de superalimentos se convierte en el manual más útil a la hora de sanarnos a nosotros mismos. Sí, el alimento tiene el poder de sanar, y sí, también puede enfermarnos. Mi propuesta: usémoslo a nuestro favor y retomemos el poder sobre nuestra salud.
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Sí, el alimento tiene el poder de sanar,
y sí, también puede enfermarnos. Mi propuesta: usémoslo a nuestro favor y retomemos el poder sobre nuestra salud.