CONCHI ARAÚJO
LA SECRETARIA DE INTEGRACIÓN SOCIAL EXALTA EL LEGADO DE SU TÍA CONSUELO ARAÚJO NOGUERA. TRES LUSTROS DESPUÉS DEL ASESINATO DE LA FUNDADORA DEL FESTIVAL DE LA LEYENDA VALLENATA, SU IMAGEN PERMANECE INTACTA.
La secretaria de Integración Social exalta el legado de su tía Consuelo.
EL RECUERDO de su tía ‘Consu’ en la puerta de la casa de Valledupar, con la mochila arhuaca al hombro, le pinta una sonrisa. María Consuelo Araújo Castro, ‘la Conchi’, ve a Consuelo Inés Araújo Noguera, ‘la Cacica’, como uno de los grandes referentes de su vida. Con la mirada perdida en las montañas orientales de Bogotá, la secretaria de Integración Social parece regresar a la provincia de Padilla, la tierra de sus ancestros. “Era una mujer alta, parecía una palmera. Se movía con gracia y tenía un histrionismo natural que no dejaba que pasara desapercibida”, cuenta.
La describe como la “perfecta contradicción” en una región tan hermosa pero tan machista, en donde el rol de la mujer siempre fue el de madre y esposa abnegada. “Parecía una pancarta permanente de: ‘Amo lo que soy y lo valoro para que otros lo valoren’. Mantenía un contrapunteo con los hombres de la familia y además fue pionera en el rescate de la identidad cultural y el respeto por lo autóctono”.
Sin premeditarlo, ‘la Cacica’ le enseñó a su sobrina que existían otros espacios en los cuales podía ser líder. Fue una investigadora nata, le encantaba “curucutear”, escarbar. Aunque no tenía formación en filología, antropología o historia, publicó con el Instituto Caro y Cuervo los libros
Vallenatología; Escalona, el hombre y el