LA PRIMERA MINISTRA embarazada
EN JUNIO NACERÁ EL HIJO DE LA NEOZELANDESA JACINDA ARDERN, QUIEN FUE ELEGIDA PRIMERA MINISTRA EL AÑO PASADO. LA JOVEN POLÍTICA ENCARNA UN CAMBIO EN LOS ROLES DE GÉNERO Y DA UN PASO AL FRENTE PARA QUE CADA VEZ MENOS MUJERES TENGAN QUE ELEGIR ENTRE LA CARRE
EN NUEVA ZELANDA, para discutir el destino del país, probablemente habrá una cuna. La primera ministra de ese país, Jacinda Ardern, ha dicho que al volver de sus seis semanas de licencia de maternidad hará algunas modificaciones en su despacho para dar espacio al bebé.
Un planeta acostumbrado a ver a los hombres ejerciendo el poder en el ámbito público y a las mujeres lactando en la intimidad del hogar, sin duda será sacudido por la imagen de una líder gubernamental que firma documentos de Estado y, a la vez, ejerce el rol de mamá.
La situación es inusual por el cargo que ocupa la líder laborista de 37 años, pero también muy familiar para millones de mujeres alrededor del mundo que todo el tiempo están pasando por la gestación, el parto y la maternidad mientras continúan trabajando fuera de la casa, ya sea en carreras públicas o privadas. Como lo ha dicho la propia Ardern: “Estoy segura de que no soy la primera que hará varias tareas a la vez”.
Con su embarazo, la primera ministra neozelandesa reivindica el derecho
femenino de elegir cuándo y cómo ser madre, independientemente de cuál sea el trabajo que se desempeñe, tal y como lo han podido hacer los hombres poderosos y no poderosos, anónimos y conocidos desde… bueno, desde siempre.
El poder simbólico que trae para la aldea global la “primera familia neozelandesa” es una completa transgresión de los roles masculino y femenino: una madre trabajadora en el cargo más importante de la nación y un padre, también trabajador –Clarke Gayford, presentador de televisión–, que asumirá el rol del cuidador principal del bebé.
El único que seguirá ejerciendo un papel tradicional será el pequeño, que, como todo recién nacido, comerá mucho, llorará cuando tenga hambre, dormirá el resto del tiempo y, probablemente, hará que cada mañana sus famosos padres se vean trasnochados, pero felices.
‘PATERNAR’, UN NUEVO VERBO
En opinión de la investigadora de género Marcela Sánchez Lara, directora de Valesa Consultoras, el caso de Nueva Zelanda es el resultado de un proceso histórico de equidad en ese país. “Ella no es la primera mujer en ocupar ese cargo, sino la tercera. Además, en esa parte del mundo el voto femenino fue aprobado en 1893; es decir, allá las mujeres llevan ejerciendo ese derecho 65 años más que en Colombia”.
Sí, Nueva Zelanda les lleva ventaja en participación femenina no solo a Colombia sino a países como Estados Unidos o Inglaterra, donde el voto femenino solo fue posible después de la Primera Guerra Mundial.
Claro está que el primer caso registrado de una líder gubernamental embarazada durante su mandato no es reflejo de una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres y, sin embargo, ahí está en los libros de historia: la ex primera ministra pakistaní Benazir Bhutto dio a luz mientras ocupaba el más alto cargo de su gobierno en
1990, en un país musulmán que estaba saliendo de un régimen autoritario.
Aunque la presidencia de Bhutto, quien heredó el capital político de su padre, no significara el resultado de un proceso de participación femenina generalizado, sí inspiró a muchas jóvenes de esa generación.
Pero otro punto importante que anota Sánchez Lara es que los procesos de equidad de género hoy necesitan no solo de mujeres empoderadas sino también de la participación activa de aquellos hombres que sí quieren igualdad, que también rechazan la violencia contra la mujer y que están dispuestos a asumir su parte en el trabajo doméstico, que es donde empieza la división de roles.
“Una de las cosas más notables del caso neozelandés es que la pareja de Jacinda Ardern ha asumido públicamente que él se hará cargo del bebé la mayor parte del tiempo. Históricamente, la cultura nos ha impuesto con una fuerza tremenda unos roles de los cuales resulta muy difícil salirnos, lo cual les ha quitado a las mujeres la posibilidad de actuar en el espacio público y a los hombres la posibilidad de paternar”, agrega la experta.
No se trata de que la pareja diga “yo te ayudo”, “esta noche yo me quedo con los niños” o, como dice Sánchez Lara, no estamos hablando del hombre que después de tomar un café se levanta y lleva la taza a la cocina para “colaborarle a la mujer”. Se trata de un cambio real de mentalidad en el que ambos integrantes de una pareja asuman por igual su parte del trabajo doméstico para que ambos puedan realizar su trabajo de puertas para afuera en condiciones realmente igualitarias.
LAS PIONERAS
Poco a poco, diversas sociedades han ido dando señales de que estos roles tradicionales se están transformando y de que las mujeres –y todo lo relacionado con la vida femenina, como puede ser en un momento dado la maternidad– ya no están recluidas bajo el trapito de flores que se usa para cubrir el seno que
La primera ministra continuará su labor luego de que se tome las seis semanas de licencia.
amamanta. Avisos de esto se han dado a conocer en la última década con mujeres que ocupan cargos públicos y aparecen con su bebé en brazos en plena sesión parlamentaria o lucen su estado avanzado de embarazo en el despacho de ministros.
Está el caso de la ministra de Defensa española Carme Chacón, quien visitó a las tropas españolas en Afganistán con su barriga de siete meses de embarazo y poco después dio a luz y se reintegró al trabajo. O el de Soraya Sáenz de Santamaría, que tomó posesión como vicepresidenta del gobierno español cinco días después de la cesárea. En Australia y Nueva Zelanda ha habido varios casos recientes de madres amamantando en medio de una sesión parlamentaria, aunque a las primeras que lo intentaron, como Kirstie Marshall en 2003, no se les permitió hacerlo. Posteriormente fueron reformadas las reglas del Parlamento y actualmente es admitido y aplaudido.
En Colombia no hay registro de una parlamentaria amamantando en el fuego cruzado de palabras uribistas y petristas. Tampoco hay tanto chance dada la aún minoritaria participación femenina en ese espacio. Una de las pocas funcionarias públicas que hemos visto los colombianos con las dos camisetas puestas es la actual gerente de Transmilenio, María Consuelo Araújo, que en el momento de ejercer como ministra de Cultura del presidente Álvaro Uribe pasó por la gestación y nacimiento de su hija, a quien en ocasiones llevaba a su trabajo. “Vi ese momento de mi vida como una oportunidad de visibilizar, a través de mi situación particular, lo que viven millones de mujeres en nuestro país y que muchas veces no reciben un trato equitativo debido a la maternidad”, comentó la funcionaria.
En Argentina, la diputada nacional Victoria Donda amamantó a su bebé en una sesión del Congreso. Donda, del partido Libres del Sur e hija de desaparecidos, es una de las congresistas más jóvenes de su país e impulsa una agenda legislativa progresista. Al preguntarle sobre el impacto de ser la primera diputada nacional en amamantar en una sesión dijo que “todo se dio naturalmente: mi hija necesitaba comer, yo estaba en medio del recibimiento a Evo Morales y no me quedó más remedio que amamantarla. Sí creo importante el debate que se produjo luego en la sociedad y que tuvo eco en todo el mundo y que tiene que ver con la necesidad de adaptar los lugares de trabajo para que las mujeres podamos amamantar”, expresó. Para la diputada, el precedente que establece Ardern es “una demostración del avance de nosotras las mujeres en la toma de decisiones de un país, sin dejar nuestro lugar de mujer”.
Como dijo la feminista inglesa Mary Beard recientemente al diario El País de España, cuando habló del papel de las mujeres en el poder: “Pensamos en las estructuras de poder como masculinas y hacemos que las mujeres encajen, que cambien su comportamiento al acceder a este. Acaban actuando, interpretando un guion. Pero no hay que cambiar a las mujeres, sino las estructuras”.