Y OBESIDAD INFANTIL
EL USO DE PALABRAS QUE SE REFIEREN A LA ESTÉTICA CORPORAL, LA PROHIBICIÓN DE CIERTOS ALIMENTOS Y LAS ALUSIONES NEGATIVAS AL MOMENTO DE COMER PUEDEN AFECTAR LA AUTOESTIMA DEL NIÑO Y SU RELACIÓN CON LA COMIDA. ¿CÓMO EVITARLO? EXPERTAS DAN LAS CLAVES.
HAY PALABRAS que pueden marcar un antes y un después en la vida de un niño. ‘Gordo’ y ‘obeso’ son dos de ellas. No solo los padres de familia y cuidadores deben evitarlas cuando se refieren a su hijo o al hablar con él, sino también los profesionales de la salud. Escucharlas puede lesionar su amor propio y desencadenar, en algunos casos, trastornos de alimentación, como anorexia y bulimia.
Si el niño es diagnosticado con sobrepeso u obesidad, ya sea por el pediatra o el nutricionista, es importante que no se haga referencia a nada que tenga que ver con la estética corporal. “Debemos hablar con nuestros hijos acerca del autocuidado mas no de lo lindos que son los niños flacos o más gorditos, de la cantidad de calorías que tiene tal alimento o generar prohibiciones extremas a ciertas comidas”, afirma la psicóloga infantil María Fernanda Hurtado.
Lo primero que le pregunta al pequeño la médica holística especialista en nutrición energética y emocional Anne Borrisow –a quien acuden quienes ya han pasado por pediatras y nutricionistas tradicionales sin encontrar una respuesta efectiva al sobrepeso– es si sabe cuál es la razón por la que está en la sesión y su opinión frente a esto. “Hablo con ellos, les pregunto por sus miedos, su ansiedad, sus preocupaciones, cómo se sienten físicamente, la relación con sus compañeros, con su familia y con la comida y sus hábitos. Y al final averiguo por sus sueños y sus anhelos en la vida. Esto me ayuda a conocer a fondo su mundo”.
Para la nutricionista Juanita Acero, cocreadora de Eat Petit, organización que trabaja para mejorar las prácticas alimentarias de la población infantil en Colombia, el tema del sobrepeso y la obesidad en los niños debe abordarse de manera familiar y multidisciplinaria. “Nos enfocamos en que esto no es un problema o drama y que no se trata únicamente de la alimentación del infante: con rutinas y orientación adecuada, y entendiendo que este es un tema de todos –pequeños y familia–, podremos instaurar hábitos adecuados y garantizar un bienestar duradero en el chiquillo y su futuro”.