MÁS ALLÁ DE LA AURORA Y DEL GANGES
ESTA JOYA EDITORIAL REÚNE A DOS GRANDES, EL PRIMERO DE LAS LETRAS Y EL SEGUNDO DE LA ARTES, PARA HABLAR A DÚO DEL ASOMBRO ANTE LA INDIA.
A VECES no hay mejor manera de aprender sobre algo que viéndolo con ojos de asombro. Esta emoción, a todas luces inocente, es el motor de Más allá de la aurora y el Ganges, una publicación en la que el escritor William Ospina y el pintor Pedro Ruiz encuentran sus miradas –y talentos– para crear una nueva visión, libre de juicios y lo más fiel a la realidad misma, sobre un país que les genera extrañeza.
La respuesta a esta sensación, como afirma en el prólogo José María Espinasa –poeta, ensayista y crítico mexicano–, solo puede hacerse creativamente, con escritura y trazo, con poesía y pintura. “No se trata esta vez ni de un ensayo ni de una ilustración, sino de una respuesta sensible para disimular el pasmo”, escribe.
Los dioses, la muerte, los elefantes, las lluvias, los paraguas, los ríos de gente, los mendigos, los santos, los monjes, el nirvana, los árboles sagrados, los templos, los palacios, las águilas, las mariposas, las moscas, los tigres, los monos, las encarnaciones, los coloridos saris, los carros, las motocicletas, las calles abarrotadas, Buda, el Ganges… Todo encuentra lugar en este libro, en imágenes y palabras; cada pintura cuenta un efecto, una huella, una experiencia sobre este país, y cada impresión halla una pintura.
“Vas llegando a la India poco a poco”, empieza una de las poesías, y así escritor y pintor van mostrando al lector “con la humildad del que percibe la grandeza de aquello que no entiende del todo”, paisajes, postales, recuerdos, memorias, momentos, historias de paso.
“La sintonía entre ambos artistas en este libro se manifiesta en un espíritu que no es ni quejoso ni frívolo, no busca la taxonomía del antropólogo o el sociólogo, pero tampoco la del que anda en busca de esoterismos para cualquier circunstancia, en ambos hay un ejercicio de introspección a través del diálogo”, finaliza el crítico. Desde la primera página, India aguarda. Le corresponde al lector llegar a ella.