Da Colette de París
El diseñador bogotano es el curador de la muestra de moda, arte y cultura que será parte del homenaje a Colombia en el célebre almacén de la Ciudad Luz. El evento, que se realizará entre el 10 y 22 de julio, destacará al país pintoresco y alegre con prendas que tendrán impresas la cara del Pibe Valderrama, y las palabras ‘sancocho’ y ‘bacán’.
“Si eres diseñador
y tus prendas están en la vitrina del almacén Colette, de París, existes en el mundo de la moda”. Esteban Cortázar conoce de sobra esta frase, una especie de sentencia que ha sido acuñada al unísono por cronistas de revistas como Vanity Fair, Vogue, Elle, Hola y Paris Match para explicar la dimensión de la tienda convertida en modelo por seguir de las concept stores, que con destreza e ingenio la mezclan con alta costura, vestidos de combate, arte y cultura.
“Si pasaste por París y no fuiste a Colette no conociste la capital francesa por más que hayas ido a la Torre Eiffel”, aseguran algunos guías de turistas que a diario se asoman por ese lugar del mundo. ‘Colette es París’, en palabras del diseñador Karl Lagerfeld, quien las lanzó como un elogio a este espacio en el que se encuentran golosinas de 3 euros hasta productos de alta etiqueta para los dueños de billeteras más abultadas.
Este influyente almacén, ubicado en La Rue Saint-honoré, marca las tendencias, colores y texturas que predominan en el mundo. Lo que vemos en este templo sagrado de la costura, llamado por algunos como el ‘big bang fashionista’ se irradia en la Vía de Oro, en Madrid; la Quinta Avenida de Nueva York, y el sector de Recoleta en Buenos Aires. Con estas referencias queda claro el impacto que ha tenido Colette en el imaginario de los seguidores de la moda.
Precisamente en este edificio de tres pisos, nuestro país tendrá un espacio como invitado de honor entre el N0 y el 22 de julio. Era la gran oportunidad que esperaban los creativos de nuestra moda, artesanías, textos ilustrados y gastronomía. El evento ha coincidido con la celebración del año Francia-colombia, con la excusa de que las dos naciones resalten sus fortalezas en los ámbitos comerciales, culturales, educativos y patrimoniales.
A propósito Sarah Andelman, heredera en vida del imperio de moda que creó su mamá Colette Rousseaux, escogió al diseñador bogotano Esteban Cortázar como curador de la muestra. El feeling de Cortázar con el icónico almacén comenzó cuando era uno de sus clientes hasta incrustarse en los afectos de la propia Andelman. Ella lo había visto un par de veces en la Semana de la Moda de París.
Entre los dos hubo una relación extraña y es que la exigente dama se mostraba reservada y sin emoción frente a las creaciones del joven colom-