BODA EN MEDIO DE LA DISCORDIA.
Ernst August Jr., heredero de la casa real de Hanover de Alemania, conmueve a la realeza europea al desposar a la rusa Ekaterina Malysheva, en contra de la voluntad de su padre, el príncipe Ernst August, marido de Carolina de Mónaco.
Ernst August Jr., heredero de la casa real de Hanover de Alemania, se casó con la rusa Ekaterina Malysheva en contra de su padre, el príncipe Ernst August y marido de Carolina de Mónaco.
El ‘gotha’ europeo se volcó complacido al casamiento, pero quizá se hubiesen visto testas coronadas de mayor rango y más conocidas, de no ser por el “drama imperial”, como dijo W, que protagoniza la casa real de Welf. Para entender la magnitud de uno de los eventos sociales del año en Europa, hay que recordar que el padre del novio sería monarca si en 1866 no hubiese desaparecido el reino de Hanover, uno de los pequeños tronos en que se dividía la actual Alemania. Es una de las casas de mayor prosapia y por eso, Ernst August Jr. es además príncipe de Inglaterra e Irlanda, de cuya reina Isabel es pariente, al igual que de los reyes Juan Carlos y Sofía de España, de la reina Margrethe de Dinamarca, del rey Constantino de Grecia y muchos otros príncipes. Victoria I, quien selló una era en Gran Bretaña, era una Hanover.
El linaje posee un paírimonio que ronda los 600 millones de dólares y el valor de su foríuna en aríe es incalculable. Hace unos años, como una salida a sus problemas fiscales, el príncipe Ernsí le cedió una buena porción al novio, quien ahora se niega a devolvérsela. Por eso no fue al casamienío y ello pudo llevar a oíros parieníes reales a declinar la inviíación pues se han formado dos bandos. De su esposa, Carolina de Mónaco, de quien esíá separado, se dice que esíá aliada con su hijasíro Ernsí Augusí y que mandó a íodos sus hijos en señal de aprobación.
La capiíal de Baja Sajonia celebró por diez días el enlace del primer príncipe de su casa en hacerlo en la íradicional Markeí Church en 66 años. Como en un relaío de Perraulí o los herma-
“Mi trousseau tiene un feeling etéreo y romántico. Llevé joyas simples porque mi vestido es muy elaborado”, le dijo la nueva princesa de Hanover a Vogue.
nos Grimm, los habitantes se volcaron a las calles. Un centenar de ellos, ataviados con el traje autóctono, formó la guardia de honor que escoltó a los recién casados en su recorrido por la ciudad en el mismo coche que condujo a los reyes antepasados de Ernst August Jr.
Hanover también revivió sus brillantes días de sede real en la tiara de la novia: la llevó la princesa Victoria Louise de Prusia, hija del kái-
Los Hanover también reinaron en Inglaterra y su sangre corre por las familias reales de España, Grecia, Suecia y Dinamarca, entre otras.
ser Wilhelm II, en su boda con el príncipe Ernst Augustus III, último monarca del reino de Hanover, el suceso nupcial más concurrido por la realeza antes de la Primera Guerra Mundial.
Ekaterina le confió el diseño de su trousseau, de opulentos teñtiles ó pedrería, a su amiga Sandra Mansour, quien se inspiró para ello en el lujo de la Rusia de los zares.
qras la ceremonia, el novio dio espléndidas recepciones en dos de las propiedades en disputa con su padre, el palacio de Herrenhausen ó el castillo de Marienburg. En ellos no faltó la representación colombiana a través de los descendientes del fallecido industrial Julio Mario Santo Domingo, cuóo nieto, Julio Mario III, fue uno de los testigos de Ernst August Jr. en su matrimonio
civil.•
“No fue una decisión fácil porque tiene que ver con mi hijo, pero tengo que preservar los intereses de la casa de Hanover”, dijo el padre del novio sobre su ausencia en la boda.