LUCHO GARZÓN TENDRÁ PROGRAMA EN TELEVISIÓN.
El exalcalde de Bogotá será una de las estrellas del Canal Uno, que se lanzará al aire dentro de pocos días. Él será el moderador de un informativo que abordará con seriedad y humor temas de actualidad y otros más banales como los celos.
El exalcalde de Bogotá será el moderador de un informativo en el nuevo Canal Uno, que se lanzará en pocos días.
Ver a Lucho Garzón bailando reguetón en las redes sociales es tan curioso como divertido. Su pausado movimiento de caderas ocurrió durante una sesión de fotos para el lanzamiento del Canal Uno, del que es una de sus figuras.
El exalcalde de Bogotá moderará un informativo en directo que tendrá desde temas políticos a otros más banales como qué es lo primero que les miran los hombres a las mujeres. La propuesta de estar en televisión se la hizo hace unos días Yamid Amat, quien tiene un ojo clínico para descubrir talentos. “Estoy muy atortolado. Yo estaba acostumbrado a ser entrevistado pero no a entrevistar. Esta es una actividad pública donde, aparte de no parecer arrogante ni sabelotodo, tampoco puedo ser Lucho, el preguntón”.
Insiste que no es un presentador y que Yamid lo escogió para que, con su naturalidad, fuera él mismo ante los televidentes. Tiene claro que no va a ser ese personaje encorbatado que lee un telepronter, porque además no lo sabe hacer, sino un ciudadano común y corriente que reflexiona sobre lo que les inquieta a todos. “Quiero estar bien informado pero tampoco tirármelas del profesor Bustillo, quiero preguntar sin ser cansón y no quiero ser el inquisidor mayor, porque ya hay muchos de esos en Colombia”, le dijo a Jet-set.
Lucho aún no tiene claro el horario ni el nombre del programa que conducirá, o a lo mejor se lo reserva para que la competencia no le coja ventaja, aunque se ha dicho que será en la franja de la mañana. Insiste en que
“Quiero preguntar sin ser cansón o inquisidor, porque ya de esos hay muchos en Colombia”.
están preparando un informativo diferente a los que hay en la parrilla de televisión, sobre todo porque ellos no entrarán en el marco de las confrontaciones. “Mi lenguaje y mi actitud no corresponde al de alguien que estimula la agresividad para hacerse notar”. Al contrario, en este espacio quiere resaltar los eventos positivos que pasan en Colombia. “No es Juan Manuel Santos en el País de las Maravillas pero tampoco Uribe en el Apocalypse Now”.
Esta no es su primera experiencia en medios de comunicación pues ya había trabajado antes con Vicky Dávila en La F.M. y tenía un programa de entrevistas en NTN24. Domina las cámaras, las frases que suelta siempre tienen un anzuelo para llevarse un titular, es efectista y espontáneo, lo que lo aleja de la imagen del típico político. Pero por encima de todo, está la capacidad para convertir su sentido del humor en un símbolo de irreverencia contra los poderes. “Uno en Colombia tiene que ser divertido sin caer en una cosa cantinflesca. Yo confío mucho en el humor cachaco que tiene ironía, sarcasmo, doble sentido y repentismo, algo de eso tengo”.
Bromea con que cuando le dijeron que iban a bailar Mi gente, pensó que era una canción de Héctor Lavoe y que iba a poder “chicanear” con su talento para tirar paso como los grandes salseros. Pero empezó a sonar la música de J Balvin y al ver en el video todas las figuras que hacían quedó paralizado. “Yo hago por tres mujeres de las que aparecen ahí en términos de cintura, entonces lo único que me quedaba por mover era el cuello. Pero por lo menos hice el esfuerzo y a la gente le quedó claro que no soy un promotor del reguetón”.
Lucho dice que hay que sospechar de un gobernante que no se ría, que no tenga sentido del humor y que no baile. Es melómano y le gusta todo tipo de música, oye desde los Visconti hasta Guetta. “En un momento de mi vida en el que estaba muy golpeado emocionalmente me dediqué a grabar 35.000 canciones, de década por década, eso no lo tiene ni itunes ni Spotify”.
Le gusta mantenerse informado de todos los temas, desde los más trascendentales hasta los más “chismosos”. Su mamá fue empleada doméstica en la casa de un alemán y él lo obligaba a leer y a tener un amplio bagaje cultural.
Aunque sabe que el rating es importante no quiere vivir pendiente de él porque le quita autenticidad. También aclara que su afán no va a ser la pelea por la chiva. “Estoy en el plan de estar tranquilo, no voy a competir ni ser jefe de nadie. He aprendido a ser uno, dos, vigésimo y trigésimo. Uno tiene que saber cuándo es Nairo, pero también hay momentos en los que hay que reivindicar a Urán o saber que hay un señor Atapuma, que jala y, aunque no lo reconozcan en el podio, es fundamental”, comenta.
Su primer empleo fue como caddie del Country Club y terminó siendo alcalde de Bogotá, en representación de la izquierda, y ministro de Trabajo y ministro consejero para el diálogo social del gobierno Santos. Asegura que ya no le interesa estar en la política y que la televisión no será una plataforma para visibilizarse. “Es importante que lleguen nuevas caras con propuestas e ideas renovadas”.
Es vanidoso pero dice que no modificará su look para estar en televisión. “Me tocaría hacerme la liposucción para bajar barriga y esa es inherente a mi personalidad. Además yo reivindico mis canas, porque cada una representa una experiencia buena, regular o mala, en mi vida”. Y seguramente estar en el Canal Uno le sacará unas cuantas más.•
“No vamos a hacer un programa cantinflesco pero tampoco uno de análisis ladrilludos. Nuestro esfuerzo será bajarle las tensiones a esa rabia que tiene Colombia”.