JAVIER SÁNCHEZ SANTOS. RECLAMA LA PATERNIDAD DE JULIO IGLESIAS.
El supuesto hijo del cantante español se realizó una prueba de ADN con los restos de saliva que Iglesias dejó en servilletas, vasos plásticos y latas de refrescos.
Este excantante radicó una demanda para reclamar la paternidad del artista de habla hispana . El país ibérico está pegado a esta historia con tintes cinematográficos desde que se conoció el resultado de una prueba de ADN que se hizo con los restos de saliva que dejó el artista durante sus conciertos.
Varios melodramas
dominan el rating de la televisión española, incluyendo historias como Velvet, Ella es tu padre, Paquita Salas y Merlí. Pero ninguna supera la historia de la vida real de Javier Sánchez Santos, el supuesto hijo del cantante Julio Iglesias. Sánchez es la materialización de los personajes de los folletines rosa que reclaman la paternidad de un millonario y que sufren por no gozar de los privilegios de su familia biológica.
Hace unos días, el demandante de 40 años atendió a la prensa de su país. Le hubiera gustado hablar de música, del intento fallido que hizo para convertirse en cantante y de la relación con los que considera sus medio hermanos más queridos: Enrique, Chábeli y Julio José Iglesias. Solo que Sánchez Santos, quien lleva el apellido de su padrastro, debió concentrarse en las acciones legales que tomó contra el intérprete de Me olvidé de vivir. “Tengo una prueba de ADN que salió 99,9 por ciento positiva. Él es mi padre”, aseguró el hombre que lidera la batalla jurídica desde Valencia, España, donde vive entre los populosos sectores de Cabanyal y Malva-rosa.
Allí creció, alimentó la posibilidad de conocer al cantante y luego les dio un giro a sus aspiraciones laborales cuando abrió una tienda de productos naturistas. Los vecinos se han encargado de recordarle que vivió muy lejos de los privilegios de los hijos de Julio Iglesias con Isabel Preysler, y los de su segundo matrimonio con Miranda Rijnsburger. La demanda, radicada en el Juzgado Decano de Valencia,
fue sustentada por el bufete de abogados de Fernando Osuna, quien lleva 450 casos de personas que reclaman la paternidad responsable a empresarios de alto nivel y a unos cuantos famosos.
Los defensores de Javier Sánchez presentaron una prueba de ADN, para ellos concluyente, que resultó de un arduo trabajo de investigación e inteligencia como extraído de un argumento cinematográfico. Para empezar contrataron a un detective privado que le hizo seguimiento a Julio Iglesias durante unos cuatro meses en lugares públicos y eventos que frecuentó como conciertos, giras, ruedas de prensa y paseos en familia. El objetivo: obtener sustancias orgánicas como sudor y saliva que luego suministraron a un laboratorio autorizado por la justicia española. “Recolectamos 15 objetos entre servilletas, vasos plásticos y latas de refrescos que utilizó el artista. Y todo para exigir ante un tribunal español que se declare la consanguinidad entre mi cliente e Iglesias”, dijo el legista Fernando Osuna.
Pero el proceso es largo, sinuoso y lleno de jugadas legales que le permitiría al artista un beneficio de apelación en caso de que se muestre renuente frente a la solución del polémico caso. Por ejemplo, y según el criterio de la justicia de España, los resultados de la primera prueba de ADN no son contundentes. Iglesias y el reclamante tendrán que realizarse una muestra de sangre ante la presencia de los funcionarios de un juzgado y de los abogados de ambas partes.
La solicitud tendría un largo trámite burocrático, precisamente porque el artista vive en República Dominicana. Al cierre de esta edición no había recibido la notificación de parte de las autoridades españolas y de ese país. “En caso de que el demandado no acuda al lugar establecido para una muestra más profunda, los jueces entregarán un fallo a favor de Sánchez Santos. Con seguridad los tribunales nos darán la razón”, afirmó Osuna, quien adquirió notoriedad al ganarse un caso similar: la reclamación de Manuel Díaz contra el torero Manuel Benítez, El Cordobés.
Mientras avanza la tramitología de la justicia, España busca quitarles el velo a los secretos de la relación entre Julio Iglesias y María Edite Santos, la madre del reclamante. El intérprete de Con la misma piedra y la mujer de nacionalidad portuguesa se habrían conocido en el despunte de los años setenta, cuando ella integraba una compañía de baile inglesa que recorría los pueblos más apartados de España, entre estos Costa Brava, donde al parecer surgió la fugaz relación. El vocalista, en palabras de la prensa europea, se la jugaba a Isabel Preysler, su primera esposa.
Inicialmente, el embarazo fue conocido por sus compañeras de trabajo que trataron de ayudarla ante las dificultades económicas que la agobiaban. Cuando estaba a punto de dar a luz, todas le perdieron el rastro hasta que reapareció en programas de farándula como Tómbola, Salsa Rosa y Dolce Vita, donde trató de desenmarañar el episodio más doloroso de su vida.
Solo que María Edite no esperaba que los ataques contra Iglesias se devolvieran en su contra. Según Vanitatis, la estrella de la balada hispana articuló un trabajo de desprestigio contra María Edite, a quien tildaron de una oportunista que buscaba fama y un beneficio económico. En caso de que la demanda lo favorezca, Javier entraría a la lista de herederos del cantante. Aún no ha confirmado si apropiará el apellido Iglesias.
Si Julio Iglesias se rehúsa a practicarse una prueba de ADN más profunda, la justicia española dará por contado que es el padre de Javier Sánchez.