MEGHAN MARKLE. LA HISTORIA DESCONOCIDA.
Andrew Morton, biógrafo de Lady Di, descubre en un nuevo libro las intimidades de su infancia, el abrupto divorcio de su primer marido y sus altibajos en Hollywood antes de conformar, junto a Harry de Inglaterra, la pareja del momento.
El biógrafo de Lady Di, Andrew Morton, revela en un libro el tórrido pasado de la futura esposa de Harry de Inglaterra.
Como bien lo anotó la periodista Lynn Barber en The Times, “lo que hace interesante a Meghan es que es del todo extraña al molde de las novias reales: divorciada, estadounidense, mulata y tres años mayor que su futuro esposo”. En efecto, no pudo crecer en un entorno más distinto al de la monarquía de mayor prestigio del mundo. Si los padres de Harry, Carlos y Diana de Gales, se casaron en una fastuosa boda vista por millones, los de ella, Tom Markle, un republicano blanco y luminotécnico de televisión de Hollywood, y Doria Ragland, una demócrata negra y maquilladora, lo hicieron por un rito poco común, como lo destapa Andrew Morton en Meghan: A Hollywood Princess. La ceremonia fue oficiada por el gurú hindú de yoga Yogananda, pero parece que su mensaje de armonía no caló tanto en la pareja. Él ya tenía dos hijos adolescentes de un matrimonio anterior, uno de los cuales, Tom, fumaba marihuana todo el día en la casa, mientras que la otra les decía a sus amigos que Doria era la mucama. Aún así, ella se esforzó por unir a la familia, pero cuando Meghan tenía 2 años se cansó de su marido por trabajólico y lo dejó. Andrew Morton se hizo famoso en 1992 al publicar Diana, su verdadera historia, la biografía que destapó el infierno que se escondía detrás del cuento de hadas de la madre de Harry. A propósito, Morton cuenta que Meghan quiso ser Diana 2.0 desde niña y ahora está por verse qué tanto se le cumplirá el anhelo. La futura nuera de Carlos, heredero de la corona inglesa, dio sus primeros pasos como actriz en el escenario de la Little Red School House, colegio de élite del showbiz, en el cual coincidió con Scarlett Johansson. Luego, estudió en el Immaculate Heart High School, un colegio de monjas católicas solo para niñas de Los Ángeles, y de ahí pasó a la Northwestern University, en Evanston, Illinois, en cuyas aulas estudió Teatro y Asuntos
Internacionales y era muy fiestera. En unas vacaciones, hizo una práctica en la embajada de su país en Buenos Aires, pero no pasó el examen del Foreign Service Officer y se devolvió a su patria. Su papel inicial en el cine consistió en decir “hola” en la cinta A Lot Like Love, con Ashton Kutcher. Los castings iban y venían sin resultados, pero su lema era “Elijo la felicidad” y mientras algo le resultaba, se sostenía con trabajos como anfitriona de un restaurante, calígrafa de tarjetas y empacadora de regalos. En 2006 fue una de las 26 bellezas con amplios escotes que animaban el programa Deal or No Deal y era novia del actor y productor Trevor Engelson. Uno de sus primeros disgustos surgió porque él no le consiguió un papel en una cinta
con Robin Williams, de la que era productor, como sí pudo hacerlo después con Remember Me, con Robert Pattinson. En 2011 obtuvo el rol de Rachel (como su primer nombre) en la nueva serie Suits, cuyo éxito coincidió con su boda con Trevor en Jamaica. El programa, recuerda la biografía, la obligó a radicarse en Toronto, mientras que él permaneció en Los Ángeles y esa distancia agrietó la relación. Sus amigos notaron que Meghan dejó de ser la misma debido a su buena fortuna en televisión, de la que se valía para obtener ventajas en sitios públicos. Como se lee en el libro: “Parecía estar forjando nuevas amistades que le ayudarían a desarrollar su carrera”. El más sacudido con el vuelco fue su esposo, a quien dejó de repente y le envió los anillos de compromiso y matrimonio por correo certificado, en 2013. “No tengo nada que decir sobre ella”, responde hoy el productor, visiblemente furioso,
“Meghan fue muy calculadora en el modo en que manejó sus relaciones con su esposo Trevor y sus amigos”, le dijo una amiga de la actriz al Daily Mail.
cuando se la mencionan. “Meghan fue muy calculadora en el modo en que manejó las cosas con Trevor y sus amigos”, le declaró una amiga de ella al Daily Mail. Markle subió como la espuma. Suits se volvió el programa más visto entre los espectadores de entre 18 y 49 años. La invitaban a grandes estrenos, consiguió patrocinio para su blog de buen vivir –The Tig–, que la afincó como gurú del estilo, y gracias a su labor como activista se convirtió en embajadora de buena voluntad de la ONU, honor que declinó cuando descubrió que podía cobrar 20.000 dólares como oradora por causas como el feminismo y la lucha contra el racismo. El 1 de julio de 2016 conoció a Harry en el club Soho House en Londres, durante una cita a ciegas organizada por Violet von Westenholz, amiga de él y su hermano, William. “De inmediato, el príncipe despertó su sensibilidad y le pareció que era un hombre en busca de un puerto seguro. La pregunta que se hizo después de aquel embriagante primer encuentro fue si podría proveerle ese refugio y todo lo que eso implicaba”, asegura Andrew Morton. Tras 18 meses de cortejo, la respuesta fue sí y ahora ella es vista como una nueva ráfaga de aire fresco para la realeza. “La última vez que se habló de esos vientos, las protagonistas eran Diana de Gales y Sarah Ferguson”, comenta la escéptica ahí”.• Lynn Barber, “así que vamos a dejarlo