LULÚ BERNAL: LA MADRINA DE DUQUE.
La empresaria bogotana tiene en su larga lista de ahijados al hombre que maneja los destinos del país. Una anécdota del bautizo revela el origen del nombre del presidente.
La empresaria radial tiene como ahijado al hombre más poderoso del país, Iván Duque, el nuevo presidente de la República. Hace 42 años, en pleno bautizo, el cura sugirió cambiarle el nombre, pero no pudo ante los argumentos de Darío Echandía. Esta es la historia.
Por lo general las reuniones de Lulú Bernal giran alrededor de sus dos mascotas: Zeus, un shih tzu juguetón, y un scottish terrier llamado Lucas que gozan de gran popularidad entre los círculos sociales y políticos de Bogotá. Cuando alguien no los conoce, la empresaria radial habla de ellos con emoción, como cuando relata la historia de las dos emisoras de Radio Santa Fe, que crearon sus padres en Bogotá y Pasto hace más de ochenta años. Ahora sí se puede decir literalmente que hasta el presidente de la República conoce a Lucas y Zeus, dos perros con guarismos de favorabilidad muy altos, como los que tienen los buenos gobernantes. Iván Duque, por ejemplo, los ha visto muchas veces. Y es que Lulú Bernal, una de las mejores amigas de su mamá, Juliana Márquez Tono, se convirtió en su madrina hace 42 años. El bautizo fue en la Parroquia Inmaculada Concepción, de los Agustinos Recoletos, en el norte de Bogotá. “Éramos entrañables. Nos contábamos todo. Nos conocimos cuando estudiábamos en la Universidad de los Andes: ella, Antropología y yo, Ciencias Políticas”, recuerda Juliana Márquez. El padrino sacramental fue el exalcalde de esta ciudad, Alfonso Palacio Rudas, quien a
Su padrino, el exalcalde de Bogotá Alfonso Palacio Rudas, fue como un segundo papá. Casi siempre lo paseaba por el Museo El Chicó.
falta de hijos adquirió la responsabilidad paterna de pasear al niño ‘Ivancito’ por los alrededores del parque El Chicó. De la ceremonia quedó la anécdota de un sacerdote lituano que insistió en cambiarle el nombre al bebé porque hacía alusión a Iván el Terrible. El párroco trató de imponer su opinión con el argumento de que en el santoral católico no había ‘ivanes’, no se sabe si por la terquedad o porque desconocía la importancia de San Iván de Bohemia, cuya fiesta se celebra el 24 de junio para recordarlo como el santo mediador en la política. Uno de los invitados, el expresidente Darío Echandía, amigo de la familia, culto e informado como pocos en esa época en que no existía Wikipedia, buscó la solución al diferendo al confirmar que Iván era sinónimo de Juan, en hebreo, y que significaba ‘hombre bendecido por Dios’. Este nombre, por supuesto, marcaría la vida del gobernante uribista. Después del bautizo, los asistentes festejaron en casa de su abuela materna, Estela Márquez. “Con los años fui invitada a todos los eventos importantes en la vida de Iván: su grado y el matrimonio. Cada vez que nos vemos hablamos de nuestras vidas, muy pocas veces de política”, afirma su madrina. En las dos vueltas presidenciales y el día de la posesión presidencial, Lulú Bernal tuvo un sitio privilegiado entre los asistentes. “Nunca lo he visto perturbado o derribado por una situación difícil”, afirma Bernal, quien tiene una larga lista de ahijados.