CARMEN JULIANA GARCÍA DEJÓ TODO POR LA DECORACIÓN.
La hermosa vallenata renunció a su trabajo en el sector institucional para dedicarse a la gran pasión de su vida.
Una de las mujeres más bellas de la Costa Atlántica, quien en 1996 representó al Cesar en el Concurso Nacional de Belleza, renunció a veinte años de trabajo en el sector corporativo para debutar como interiorista. En 2017 compró el almacén Solero, uno de los más exclusivos de Bogotá.
Hace un año, las cifras de la economía nacional arrojaban un saldo en rojo. En el país se hablaba del coletazo de la crisis financiera global y del consecuente mal tiempo para abrir negocios ante la estrepitosa caída del consumo de productos de primera necesidad. En todos los estamentos había cautela y desesperanza, salvo unos cuantos valientes que creían en el emprendimiento aunque sobre ellos se posaran los nubarrones económicos. En el redil de los optimistas estaba la vallenata Carmen Juliana García, quien compró el almacén Solero, uno de los más sólidos en el mundo de la decoración en Bogotá, con diez años de presencia en un mercado en el que las tiendas exclusivas se enfrentaron a negocios que compiten con diseño y precios bajos. La cesarense tomó la decisión de hacer empresa después de veinte años en el sector corporativo, primero como vicepresidenta financiera de Caracol Radio y más tarde de Experian, la firma inglesa que asumió el control de Datacrédito. El negocio de este almacén no le era ajeno, no solo porque hacía parte de sus clientas más fieles, sino por la vocación de interiorista que solo ponía en práctica en su propia casa y en las de sus amigos: “Antes de adquirir Solero tuve que enfrentarme al miedo. Pero lo vencí y me lancé al agua en el mundo de la decoración. Después de darle vueltas al asunto, dejé de trabajar para otros y me convertí en mi propia jefe”. Carmen Juliana le reclamaba a la vida más tiempo con el fin de atender la ganadería de la familia, el departamento del Cesar y la administración de portafolios de inversiones para particulares. En esta etapa de Solero, su nueva dueña renovó la imagen corporativa de la marca y amplió el portafolio con una serie de productos ‘made in Colombia’, como las velas de L’arome, fabricadas por Juanita Santos y Ángela Gutiérrez; y los muebles y objetos de Tucurinca, un colectivo magdalenense que incorporó los tejidos de plátano en sus innovadores diseños. Solero también fue
Carmen Juliana García proyecta la apertura de varias sucursales de Solero en su natalvalledupar, Cartagena y Bucaramanga.
escogido como uno de los distribuidores de las tradicionales vajillas Vista Alegre, con una larga historia que se empezó a escribir en 1824. “No queremos ser una firma apalancada por creaciones importadas como era antes. Queremos aprovechar el talento colombiano, ponderado en ferias del mundo entero”, explica la inversionista y decoradora. El estilo ecléctico de Solero no ha variado. Todavía es el escenario en el que se mezclan cojines objeto de diseño recargado con otros de formas depuradas como los candelabros geométricos y utensilios de madera sin intervenir. La llegada de Carmen Juliana García a este almacén implicó otro número considerable de retos, incluyendo el diálogo con los segmentos de los consumidores más jóvenes para entender sus gustos y hábitos de consumo. Dentro de poco abrirá en el mismo almacén un espacio dedicado al diseño moderno, con foco en el mercado de las personas independientes y en las parejas recién casadas. Entre sus nuevas apuestas, y en aras del mayor crecimiento económico, estará la apertura de la tienda virtual www.solero.co, con los mismos objetos, productos y servicios que se encuentran en su sede ubicada en la Calle de los Anticuarios. En esta nueva etapa, la vallenata también es asesora en decoración de espacios. “Estoy feliz porque me dedico a una actividad que me gusta al ciento por ciento”, afirma justo cuando piensa en expandir la marca en mercados del país con poca tradición en el diseño de interiores. Ahora que esta actividad le roba todo su tiempo, asistirá a varias de las ferias de diseño más influyentes de Europa como la Homi Milano, de Italia. La decoración vive en continuo cambio y ella, que hasta hace un año laboraba con horarios de oficina, está lista para trabajar más horas con tal de estar a la vanguardia del mundo.