Su vida familiar…
Al salir de la empresa, sin duda, la vida de José Miguel se vuelve más familiar, tranquila y acogedora con esa otra parte de ella que la conforman su esposa, Estefanía Colmenares, y su pequeña hija, Esther González Colmenares, de 2 años.
Es una persona muy familiar que aprovecha cada espacio extra de su tiempo para compartir con ellas; reconoce que su vida cambió completamente con el nacimiento de su hija, quien le dio un nuevo sentido de equilibrio.
“Cuando llegó Esther fue como encontrar un nuevo propósito a muchas cosas; ya madrugar no es solo por temas laborales, sino por acompañarla, verla crecer y enseñarle esos valores con los que yo crecí”.
En su rol de padre ha cambiado pañales, y aunque reconoce que aún no ha aprendido muy bien del tema, asegura que intenta hacer lo mejor posible.
“Soy de los que le ha limpiado el ombligo, prepara teteros y madrugo cuando ella lo requiere; hemos estado muy presentes en nuestro rol porque queremos vivir de cerca su crecimiento y aprendizaje”.
Por ahora, su rutina incluye también leer cuentos, ver películas de princesas, bailar, montar bicicleta, jugar con muñecos y correr; sin duda, la ternura de su hija hace que su semblante cambie por completo cuando se refiere a ella y que reconozca que le cuesta negarse cuando se trata de complacerla en comer los dulces y helados que tanto le encantan.