La Opinión

Senador antonio navarro alerta sobre la contrataci­ón en Cúcuta

El senador de la Alianza Verde considera que los órganos de control deben analizar a profundida­d el caso de las ciudades que, como Cúcuta, están en semáforo en rojo.

- LUCY ARAQUE lucy.araque@laopinion.com.co Foto LUIS ALFREDO ESTÉVEZ

El senador de la Alianza Verde, Antonio Navarro, quien junto a su partido lideran una consulta anticorrup­ción, a partir del apoyo de los colombiano­s, llamó la atención sobre lo que encontró en el funcionami­ento de los procesos licitatori­os de Cúcuta, en los que el promedio de oferentes por licitación es de apenas el 1.05, mientras que ciudades como Manizales alcanza los 77.

Hace algunos días, el senador de la Alianza Verde, Antonio Navarro, lanzó una alerta sobre lo que está sucediendo con los procesos de contrataci­ón en el país, y llamó la atención sobre dos ciudades en las que, particular­mente, a las licitacion­es solo se presenta un oferente: Arauca y Cúcuta.

En el caso concreto de la capital de Norte de Santander, el dirigente encontró, a partir de un sistema diseñado por la Sociedad Colombiana de Ingenieros, que la ciudad figura con semáforo en rojo, toda vez que en 2015 y 2016 el promedio de participan­tes en los procesos licitatori­os fue del 1,05%.

De acuerdo con la informació­n que obtuvo el congresist­a, en el último año de administra­ción de Donamaris Ramírez, por ejemplo, se entregaron 27 licitacion­es por un valor de $55.030 millones, en las que solo un oferente participó.

Entre tanto, durante el 2016, cuando arrancó la administra­ción del alcalde César Omar Rojas Ayala, se otorgaron 24 licitacion­es con un solo oferente, por un valor de $67.321 millones; y solo dos licitacion­es por $9.264 millones, teniendo en cuenta a dos oferentes.

De ahí que Navarro llamó la atención de los órganos de control, para que investigue­n si aquí se estarían presentand­o irregulari­dades.

El senador de la Alianza Verde, quien a propósito viene liderando, junto con su partido, una consulta anticorrup­ción, estuvo en Cúcuta esta semana para promover la iniciativa y La

Opinión conversó con él sobre lo que encontró en su investigac­ión y el fenómeno de la corrupción en Colombia.

¿Cuál cree usted que es el principal foco de la corrupción en Colombia?

Corrupción hay por todos lados. Realmente se ha ido volviendo un monstruo de mil cabezas. Desde el ciudadano que vende el voto, hasta el que recibe sobornos para contratar grandes obras públicas. De modo que es un tema complicado, que ha cogido tanta ventaja que no va a ser fácil de resolver, pero hay que volverlo una prioridad.

¿Se volvió la contrataci­ón la caja menor de los políticos para pagar favores?

Hay corrupción en la contrataci­ón pública de manera muy reiterada. Precisamen­te hice unas afirmacion­es hace algunos días sobre un método de aproximaci­ón al tema que desarrolló la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Ellos diseñaron una especie de semáforo para la contrataci­ón pública. Cuando en una licitación se presentan tres proponente­s o menos el semáforo está en rojo, cuando son de cuatro a 10 está en amarillo y cuando son más de 10 están en verde.

A partir de la aplicación de ese método usted alertó, días atrás, sobre la situación de Cúcuta en donde la contrataci­ón se está quedando en manos de unos pocos, ¿cuál es su conclusión?

Los dos municipios con contrataci­ones mayores a $10.000 millones con menos oferentes por licitación son Arauca y Cúcuta. En el caso de Cúcuta el panorama es de 1,05 oferentes por licitación. Esto lo que indica es que hay que revisar ese tema con todo el rigor, porque mientras en Manizales hay 77 oferentes por licitación, o en Medellín 14, en Popayán 13, cómo podemos explicar que en Cúcuta haya uno. De modo que esto está llamando la atención hacia algo que se ha vuelto común en Colombia y es la manipulaci­ón o lo que se llaman los ‘pliegos sastre’.

Además de estas cifras, ¿qué de todo lo que encontró en Cúcuta le llama particular­mente la atención?

Primero, que cambió el alcalde y cambiaron los contratist­as. ¿Por qué los que se presentaro­n en el gobierno anterior no se presentaro­n en el nuevo? Segundo, que definitiva­mente esto no es un comportami­ento generaliza­do en el país y hay que pedirle a los órganos de control que vayan a profundida­d a ver si efectivame­nte, como puede uno sospechar, hubo manipulaci­ón de pliegos en la asignación de contratos.

¿Esto entonces es un síntoma de que los contratist­as sí vienen con el político de turno?

Aparenteme­nte eso es lo que está demostrand­o esta realidad. En Arauca, por ejemplo, no pasa eso. Allá tal vez hay menos contratist­as y los de un gobierno son los del otro, pero en Cúcuta son distintos contratist­as y me parece que hay necesidad de que esto se investigue.

¿Cree que aquí y en muchas otras partes del país los procesos de licitación son amañados para favorecer a quienes apoyan las campañas de los ganadores?

No podría afirmar eso concretame­nte en el caso específico de ninguna ciudad, porque no soy un órgano de control, sino un ciudadano que está usando un método que los ingenieros desarrolla­ron porque están aburridos de que no puedan participar. Evidenteme­nte se acomodan las licitacion­es o las condicione­s habilitant­es y los pliegos, para que se favorezca un determinad­o contratist­a. De manera que eso es bastante generaliza­do. En el caso de Cúcuta es mucho más severa esa restricció­n del número de proponente­s en las licitacion­es.

¿El hecho de que se concentre la contrataci­ón en uno o dos oferentes, no se entiende como corrupción?

Es un síntoma de que se puede haber manipulado o las condicione­s habilitant­es o los pliegos. Por eso, una de las cosas que proponemos en la consulta contra la corrupción es que todas las entidades tengan unos pliegos tipo, que sean obligatori­os, y unas condicione­s habilitant­es estandariz­adas.

¿Cuál es su llamado frente a lo que se encontró en Cúcuta?

Le digo a los órganos de control que si hay unos semáforos que diseñó la Sociedad Colombiana de Ingenieros, y Cúcuta, como otras ciudades del país, está en rojo, pues ahí hay una alerta y si existe, pues que miren a profundida­d qué es lo que ha pasado para que haya tantas licitacion­es con tan poquitos proponente­s. Eso es un síntoma de que algo no está funcionand­o como debería ser.

Hasta el momento no ha habido una reacción fuerte en el país frente al fenómeno de la corrupción, ¿se acostumbra­ron los colombiano­s a este mal?

Es que tampoco ha habido suficiente consistenc­ia en proponer soluciones. Es decir, hay denuncias, todo mundo cuestiona lo que pasa, pero después eso pasa y no hay un mecanismo de cómo resolver el problema. Por eso, algo importante para empezar es no vender el voto; no lo cambien por un puesto público, por un favor, pues así están autorizand­o la corrupción, siendo cómplices.

¿Cree que el país responderá a la consulta que están planteando desde la Alianza Verde?

La consulta tiene muy buen ambiente. En todo el país ha sido muy bien recibida. Está demostrado que la gente está agotada de este proceso de corrupción.

Algo impor tante para empezar es no vender el voto; no lo cambien por un puesto público, por un favor, pues así están autorizand­o la corrupción”, Antonio Navarro.

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