La Opinión

Publicidad política pagada

-

Invito al lector a que camine por las calles de Cúcuta y se detenga en la propaganda política de los aspirantes a Cámara y Senado por Norte de Santander. Invito a que, si no le dan ganas de vomitar, piense en los nombres que nos restriegan todos los días desde vallas y pendones, volantes y camisetas, los candidatos de siempre, los eternos candidatos que, con una sonrisa maxfactori­zada, quieren repetir hasta el infinito una curul en el Congreso. Desde la sonrisa de Odebrecht de Ciro Rodríguez, hasta los arreglos de photoshop de Manuel Guillermo Mora, ninguno se presenta como lo que es, sino como todo lo contrario. Se ven pulcros, humanos, y pueden, incluso, dar un saludo de abrazo.

¿Han hecho algo por el departamen­to los Ciros, los Mora, los Corzo, los Barriga, los Cristo, para resolver los múltiples y complejos problemas que tenemos a diario? El Páramo de Santurbán merecía una defensa en bloque de nuestra clase política. La crisis de las migracione­s venezolana­s, una postura airada frente a la cancillerí­a. El alto índice de desempleo, una solución de emergencia. Pero, mientras el departamen­to se hunde, ellos están gastándose la plata en vallas, pancartas, camisetas, conciertos, bolsitas de agua: hay aquí mucho maquillaje, mucha ceja perfilada, mucha uña esmaltada, mientras en el barrio Belén, por ejemplo, o en El Pórtico, familias enteras le pican cartón al agua de panela de los niños para que tenga algo que masticar. Que la plata de la campaña no sale de los bolsillos del candidato sino que la da el Estado, no disculpa el hecho de tanto derroche publicitar­io frente a la pobreza argumentat­iva de sus propuestas.

Una valla de Manuel Guillermo Mora, dice, por ejemplo: “Amor por su tierra”. No sé ustedes qué pensarán, pero a mí me parece el título de un cd vallenato. En la valla de Corzo, dice: “salvemos la democracia”, que recuerda mucho al “defendiend­o la democracia, maestro” del general Plazas Vegas mientras ardía el Palacio de Justicia y se democratiz­aba la violencia. Pero además, ¿quién es Juan Manuel Corzo para venir a defender la democracia? El senador al que no le alcanza el sueldo de 30 millones de pesos para tanquear la camioneta. El que nombra a su hermana Silvia en puestos estratégic­os a punta de democracia.

-Dan ganas de vomitar.

Pero hay más: Ramiro Suárez está detrás de algunos candidatos y sigue dando órdenes desde la cárcel. De ser cierta la alianza Cristo-suárez en el sentido de que Suárez Corzo pondrá algunas zonas de la ciudad a disposició­n de Andrés Cristo (como si estuvieran despresand­o una marrana) y Cristo entregaría algunos municipios liberales a Suárez (la marrana alcanza para todos), tendremos la profundiza­ción de todos nuestros males. Ramiro Suárez es un criminal condenado por asesinato, y en vez de purgar la pena, nombra alcaldes y representa­ntes por encima del que sea.

El principal problema de esta campaña es que ningún candidato tiene principios. Son puros globitos llenos de helio. El helio, por su puesto, le pertenece a Ramiro Suárez.

 ??  ?? RENSON SAID COLUMNISTA
RENSON SAID COLUMNISTA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia