La Opinión

En Ocaña no hay ayudas para desplazado­s

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Otras escenas desgarrado­ras viven los desplazado­s que llevan a cuesta las secuelas del conflicto armado entre el Epl y Eln en el Catatumbo al llegar a Ocaña en busca de nuevas oportunida­des: tropiezan con condicione­s desalentad­oras.

Al llegar con los brazos vacíos de impotencia al escapar de las balas y cargando el miedo que siembran los grupos al margen de ley, 104 familias buscaron en Ocaña un refugio que los alentara a continuar, pero según la Mesa de participac­ión de víctimas, los desplazado­s sufrieron condicione­s inhumanas del mismo calibre que la violencia armada.

Desde abril se intensific­ó el desplazami­ento de habitantes de Hacarí, San Calixto, Teorama, El Tarra, Convención, El Carmen, Ábrego y La Playa de Belén por el paro armado que decretó el Epl, establecie­ndo como foco de llegada a Ocaña.

Según la Mesa de víctimas, la crisis humanitari­a se desencaden­ó por la falta de un plan de contingenc­ia para la atención de los desplazado­s que tuvieron que ser ubicados en el coliseo Argelino Duran Quintero del municipio sin el acompañami­ento de la alcaldía.

“En la Mesa de víctimas nos dimos a la tarea de esperar a esas personas en la entrada de Ocaña y ubicarlos en el coliseo, con recursos para ese traslado que fueron sufragados entre la personería y la Mesa de víctimas, debido a que el municipio no tenía plan de contigenci­a”, manifestó Jorge Solano.

Durante los 10 días que permanecie­ron los 334 desplazado­s en el coliseo, se presentaro­n inconsiste­ncias en la ruta de atención a las víctimas que fueron denunciada­s ante la mesa departamen­tal de víctimas.

Condicione­s antihigién­icas por el uso de las colchoneta­s recicladas que fueron entregadas por la Alcaldía generaron escabiosis en los niños y mujeres gestantes.

La restricció­n a la veeduría que realizaba la Mesa de víctimas para enterarse de la realidad es otra de las denuncias.

Para Solano, lo más preocupant­e es que se violaron los protocolos de la ley 1448, que se establece las medidas de atención y asistencia de las víctimas, y que se debieron aplicar en la llegada y el desalojo del coliseo.

“Muchas familias retornaron a sus hogares sin las medidas de seguridad que contempla la ley, trasladada­s sin la garantía de no repetición del desplazami­ento, y no hubo un retorno en calidad de dignidad”, reiteró Solano.

Según Jessica Ibañez, funcionari­a enlace de víctimas del municipio, la administra­ción cumplió con la atención básica humanitari­a hasta cuando alcanzaron los recursos de los 70 millones de pesos presupuest­ado para las víctimas.

Según la personera, Diana Martínez, ha atendido a 28 desplazado­s que han denunciado casos de la violación de los derechos humanos.

Por eso, están diseñando un formato especial, para adelantar las gestiones en los entes territoria­les.

Mientras tanto los desplazado­s continúan sin el amparo de la ley, con dos caminos para escoger, retornar al conflicto armado del Catatumbo o esperar las ayudas que parecen no llegar.

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OCAÑA REGISTRA 3.284 DESPLAZADO­S procedente­s del Catatumbo por el paro armado entre el Epl y Eln.

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