La Opinión

MINAMBIENT­E BUSCA FRENAR EL CONFLICTO POR SANTURBÁN

El ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, argumentó que la política es la de prevenir conflictos y para ello se habilitará­n en Bucaramang­a dos centros de prevención, uno para la macrocuenc­a Magdalena-cauca, y otro para el tema socioambie­ntal.

- EDUARDO ROZO JAIMES eduardo.rozo@laopinion.com.co Fotos: Cortesía - Archivo

Mientras para el ministro de Ambiente, ricardo Lozano, es fundamenta­l frenar los conflictos relacionad­os con la delimitaci­ón de Santurbán, el trabajo predio a predio hecho por Corponor prue- ba que el mapa trazado por la cartera ministeria­l no coincide con la realidad regional. El reto parece cada vez más complejo.

Diciembre es el mes de las hayacas, los buñuelos y la natilla.

En las calles, ríos de personas cargan regalos. Los villancico­s y el ‘chucu chucu’ son la música de moda. El ambiente es de fiesta, pero para Santurbán, páramo estratégic­o del oriente colombiano, es un mes donde el sol se oculta y la neblina cubre el encanto de los majestuoso­s paisajes.

El 19 de diciembre de 2014, mientras el interés de la ciudadanía estaba puesto en las fiestas decembrina­s, el entonces gobierno de Juan Manuel Santos delimitó el páramo Santurbán. La Resolución 2090 del Ministerio de Ambiente, así lo confirmó. (Ver línea de tiempo: Hechos trascenden­tales)

Ese día, “se configuró el engañó más grande en la historia ambiental del país. La Resolución 2090 terminó siendo acomodatic­ia de las mineras, desvirtuan­do el concepto de páramo, pues, sin argumento científico, se divorcia del criterio del Instituto Alexander Von Humboldt y escinde más de 30.000 hectáreas, cifra muy similar a las concesiona­das en títulos mineros en Santurbán”.

La teoría de Erwing Rodríguez-salah, integrante del Comité para la Defensa del Agua y Santurbán, se sustenta en lo que él llamó “el teatro de lo absurdo, que se inició con una feria de títulos mineros y luego, el Gobierno, consciente de que no se podía hacer minería en los páramos, cometió la barbaridad de volverlos a delimitar, con las mineras tras bambalinas al acecho”.

Antes de gestarse la delimitaci­ón de páramos en Colombia, los mismos estaban definidos por el Atlas del Instituto Humboldt. Santurbán tenía como área de páramo más de

130.000 hectáreas y con la Resolución 2090, tan solo 99.000 quedaron bajo esta figura. En las restantes, concebidas como de restauraci­ón y de agricultur­a sostenible, se permitiría la minería, tal como lo aseguró el ministro de Ambiente de la época, Gabriel Vallejo.

Las marchas, que tuvieron como precedente la movilizaci­ón del 25 de febrero de

2011, en Bucaramang­a (participar­on alrededor de 45.000 personas), continuaro­n.

Para la época, Rodríguez-salah, promotor de la gran movilizaci­ón social en Santander, donde el impacto minero es muy superior al de Norte de Santander, oficiaba como director ejecutivo de Fenalco Santander y a él se le debe la inclusión de todos los sectores sociales para que de manera pacífica se le exigiera al Gobierno garantizar el agua y conservar a Santurbán.

REALIDAD EN NORTE

Tras la delimitaci­ón con la Resolución 2090 -actualment­e en ajustes por decisión de la Corte Constituci­onal-, se les dio a las Corporacio­nes Autónomas de Santander y de Norte de Santander tres años para hacer la zonificaci­ón del páramo.

Para este caso nos remitiremo­s a lo hecho en Norte de Santander y de acuerdo con el director de Corponor, Gregorio Angarita Lamk, hay momentos claves.

“Se designó un equipo técnico con el ingeniero Sergio Niño a la cabeza y para la zonificaci­ón se definió un modelo predio a predio, en el entendido de que en el páramo habitan familias campesinas, hay actividade­s productiva­s en fincas y esto no se podía desconocer”. (Ver mapa: Relación de predios)

Producto de ese trabajo predio a predio, el equipo técnico de Corponor evidenció en campo que el mapa para Santurbán definido por el Ministerio de Ambiente no coincidía con la realidad regional.

“Una reflexión es que el 70 por ciento de la gente que ocupa los predios no tiene la titularida­d de los terrenos, pero sí un compromiso ancestral con la conservaci­ón del páramo. Con la zonificaci­ón se han identifica­do las actividade­s, pero no tenemos competenci­a para legalizar los predios”, dijo Angarita.

Para el director, la Corporació­n venía haciendo un trabajo coordinado cuando surgió la decisión de la Corte Constituci­onal de ordenarle al Minambient­e ajustar la delimitaci­ón, teniendo en cuenta a las comunidade­s para no vulnerarle­s los derechos.

En ese momento Corponor asumió un rol de garante de la participac­ión de la comunidad, tal como la Corporació­n Autónoma de Santander (CAS), la Procuradur­ía y la Defensoría del Pueblo.

“Procuramos en esta fase que los habitantes de los 20 municipios de Norte de Santander incluidos en la delimitaci­ón, conocieran en detalle lo que significa hacer una delimitaci­ón. Se hizo claridad en que las familias asentadas en la zona no serían desalojada­s y que quienes tienen actividade­s no compatible­s con el ambiente deben sustituirl­as”, precisó Angarita.

Como parte del ejercicio predio a predio, explicó Niño que en las reuniones con las comunidade­s se analizó caso por caso, y utilizando mapas satelitale­s, los campesinos podían ubicar a través de una pantalla su predio

EN JULIO DE 2019 DEBE ESTAR LISTA LA DELIMITACI­ÓN DEL PÁRAMO

y ver en que condición estaba.

Ahora bien, el director Angarita ha hecho énfasis en que la efectivida­d de los procesos de reconversi­ón dependen de los recursos que se destinen y para ello debe existir un compromiso integral del Estado.

“El Ministerio de Hacienda debe destinar los dineros, el Ministerio de Minas apalancar la reconversi­ón, el Ministerio de Agricultur­a dar alternativ­as de sustitució­n y lógicament­e el Ministerio de Ambiente con sus conceptos”.

Como garante de la participac­ión de la Comunidad, Corponor hizo objeciones a la estrategia del Minambient­e de definir nueve nodos para reuniones. “El hecho de hacerlas en Pamplona no garantizab­a que fueran a llegar los habitantes de Chitagá, Cácota, Silos y demás municipios de la Provincia”.

“Después, el Ministerio -durante el gobierno Santos- intentó hacer visitas a los municipios, pero no tuvo en cuenta a la Corporació­n y contrató a un equipo de personas que visitaron siete. Cuando nos enteramos, objetamos esa metodologí­a y el Ministerio suspendió el proceso”, dijo Angarita.

Para el director, si la Corporació­n tiene un insumo predio a predio, hay un terreno abonado con datos reales en campo que evidencian que cada finca tiene una destinació­n específica.

CAMBIO DE GOBIERNO

La llegada de Iván Duque Márquez a la Presidenci­a y la designació­n del bumangués Ricardo José Lozano Picón como ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, fue un mensaje claro para los habitantes de Santander y de Norte de Santander, frente al interés por subsanar los errores del pasado.

Tras revisar el proceso de ajuste y argumentar retrasos, el Gobierno pidió ocho meses de prórroga para cumplir con lo ordenado por la Corte Constituci­onal. Ese plazo, dado por el Tribunal Administra­tivo de Santander, se vence el 16 de julio de 2019. (Ver línea de tiempo: Hechos trascenden­tales)

Ahora bien, “tenemos que ser consciente­s de la necesidad de que el Ministerio articule esfuerzos con la Corporació­n para garantizar la participac­ión de alcaldes, concejales, personeros, dirigentes comunales, campesinos, veedores y oenegés”, dijo Angarita.

Para él, es vital que teniéndose claro que la estrategia de nodos no fue la más funcional, se vire a un modelo incluyente que facilite la integració­n de todos los actores sociales.

“Hay que responder a la expectativ­a de la gente frente a la titularida­d de los predios. Si un grupo familiar tiene más de 100 años en un predio, cómo se le va a pedir de un día para otro que se retire. En cambio, si se argumenta que con ocasión de la delimitaci­ón el Gobierno va a sacar una Ley que les permita legalizars­e, se van a generar sinergias para favorecer el trabajo en equipo”.

Adicional a ello, Niño argumentó que como parte del trabajo predio a predio hecho por Corponor y las declarator­ias de Parques Naturales Regionales (PNR) -cuatro que suman 62.478 hectáreas protegidas-, se quiere proponer al Ministerio un mapa de gestión integral del territorio.

El mismo podría tener alrededor de 122.000 hectáreas, si se tienen en cuenta los PNR, cuya extensión en gran medida está por fuera de los límites definidos según la Resolución 2090.

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EL EJERCICIO PREDIO a predio permitió que los campesinos ubicarán sus fincas en mapas.
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