La Opinión

Se nos vino marzo

- GUSTAVO GÓMEZ ARDILA gusgomar@hotmail.com COLUMNISTA

Llegó marzo con todo. Tercer mes de este esperanzad­or 2021, lo que quiere decir que ya no nos faltan sino diez meses para volver a estrenar año. El tiempo vuela.

Me gusta marzo. Para empezar, en este mes celebramos el día de la mujer. Y ellas se lo merecen todo. Parece ser que fue un 8 de marzo cuando Dios le sacó una costilla al hombre para hacer la criatura más hermosa de la creación aunque se le fue la mano y la hizo también regañona y cantaletea­dora, pero no todo puede ser perfecto. Dios durmió a Adán, lo anestesió y le echó cuchilla como buen cirujano. Le abrió el costillar y le sacó un palo de costilla. Como pudo le acomodó los 90-60-90, de manera que cuando Adán despertó, se topó con semejante obra de arte, que ni él mismo se lo podía creer. El tipo sentía un dolor en la espalda, pero no le paró bolas. “A lo que vinimos, vamos”, dijo el man y comenzó a arrastrarl­e el ala. Y ella se la dejó arrastrar.

El resto fue pan comido. Y nos quedó la fecha para celebrarla todos los años: 8 de marzo. Por eso me gusta marzo. Para honrarlas y festejarla­s y darles su detallito, que merecido se lo tienen.

Hay también otros motivos para que este mes sea de gran importanci­a. El 19 de marzo se celebra la fiesta de San José, el bueno, el carpintero de Nazareth, el esposo de María y padre putativo de Jesús, como dice la novena de aguinaldos.

Fue José el que debió soportar las verdes y las maduras, ayudando a criar a un niño que no era hijo suyo, soportando las estrechece­s y las incomodida­des de un pesebre, escondiénd­olo para que Herodes no le hiciera daño al bebé, dándole al serrucho y al cepillo en su carpinterí­a de Nazareth para que el chamo saliera adelante, como en efecto salió. José no se iba de rumba los viernes, ni se perdía de cuando en cuando, ni tenía sus compinches de parranda, como tantos que conozco. En síntesis, todo un santo.

A san jo sé lo considera la iglesia el patrono de los buenos esposos y bajo su protección nos acogemos. Además, a alguien se le ocurrió decir que ese día era el Día del hombre, para corregir la injusticia que se venía cometiendo con nosotros los varones a quienes nos habían discrimina­do sin fiesta en el calendario.es,pues,nuestrodía.esperamos, los detalles, que ojalá no sean tan detallitos. Por eso me gusta marzo.

Este año hay otro motivo de celebració­n en este mes. Llevamos un año de estar encerrados por la cuarentena que decretó el gobierno por miedo al tal Coronaviru­s. Hemos soportado 365 días, pagando escondeder­os a peso. Y eso hay que celebrarlo. No sé de qué manera lo celebrarem­os, pero que va, va. Un mes logrando que nos soporten 24 horas al día en casa. Y soportando.

Y como si fuera poco, este es el mes de la vacunación para evitar que el o la COVID-19 nos siga acorraland­o con la perseguide­ra que nos montó desde China. Como las esperanzas son las últimas que se pierden, tenemos la esperanza de que con un chuzón en la nalga, alejemos para siempre ese peligro.

Como ven, este marzo se vino con todo a nuestro favor. En mi caso tengo otro motivo de alegría. Una hija cumple años y habrá que botar la ventana por la casa. La pandemia nos salva este año de botar la casa por la ventana. Como lo veníamos haciendo.

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