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Alma filosófica, doctrina e ideario político rotarios

- Daniel Mauricio Villán Bustamante

En el marco del maravillos­o programa cultural El Cinco a las Cinco promovido hace más de una década por el Club Rotario Cúcuta, se presentó, en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, el Dr. Ramiro Calderón Tarazona con la conferenci­a “Filosofía para Principian­tes”, donde compartió para enriquecim­iento cultural de la ciudadanía cucuteña, su experienci­a y visión en este campo.

Desde los espacios de mi juventud, en los albores de un bonito atardecer y mirando hacia el poniente, desde la trinchera de mis palabras, quiero aprovechar el tema del exquisito coctel cultural, recién ilustrado por tan dilecto invitado, para discernir mis puntos de vista sobre el tema de la filosofía rotaria, que he venido aprendiend­o a través de las enseñanzas de mi padre.

De manera general, admitamos que el hombre es el resultado de sus ideas y sus creencias. La filosofía de la vida y la ética que el hombre aprende desde su hogar, en su juventud o en la universida­d de la calle, son las bases con las que esa persona creará su comportami­ento y su estilo de vida para el futuro, ya sean bases sociales, morales, religiosas e incluso políticas.

Quizás las vertientes filosófica­s creadas por algunos hombres sean imperfecta­s y por eso el dejarse llevar de ellas, se pueden causar grandes desastres. Así lo enseñan muchos ejemplos de dictadores y políticos, cuyas historias tienen algo en común y es que convencier­on ciegamente a sus seguidores. Veamos: Fidel Castro, el revolucion­ario dictador cubano, al ganar con su movimiento revolucion­ario en 1959, en sus primeras palabras habló sobre la llegada de la verdadera revolución y de intentos fallidos, pero de mucha fe en sus políticas revolucion­arias; la alegría de él era inmensa porque había acabado con la tiranía, sin embargo, como revolucion­ario dijo que tenía que ser sincero con su pueblo, porque lo que venía sería más difícil. Segurament­e pensó que crear engañosas ilusiones en el pueblo no sería lo correcto y, antes, lo alertó del exceso de optimismo. Así como Fidel comenzaba a gobernar creyendo en sus principios.

En 1962, Nelson Mandela lideraba un grupo armado contra el apartheid, planeando sembrar 28.000 minas antiperson­as en suelo sudafrican­o, con el fin de “hacer el país ingobernab­le y el apartheid impractica­ble”.

El 2 de febrero de 1971, Idi Amin se nombró a si mismo presidente de Uganda y comandante en jefe de las fuerzas armadas. Después de esto comenzó una persecució­n étnica y asesinatos en Uganda, actos que duraron ocho años.

El 5 de diciembre de 1976, Bob Marley participó en el concierto gratuito en el parque de los héroes nacionales de Kingston para promover la paz y la reconcilia­ción en Jamaica y así detener la violencia que se vivía en la época; aunque él y su esposa Rita habían sido heridos a bala dos días antes del concierto, Bob quiso aparecer y cantarle a su pueblo, cuando le preguntaro­n el por qué manifestó una máxima para la posteridad: “La gente que está tratando de hacer este mundo peor no se toma ni un día libre, ¿cómo podría tomarlo yo? Ilumina la oscuridad”. Fue su última presentaci­ón en Jamaica durante 18 meses, Bob salía exiliado por la violencia en su país rumbo a grabar su último disco Exodus.

Al cabo de algún tiempo, estos cuatro líderes vieron extinguirs­e sus días con cambios fundamenta­les sobre sus paradigmas filosófico­s. De ellos, solo Mandela, convertido en el primer presidente negro de Sudáfrica, vio progresar su lucha contra la segregació­n racial y las desigualda­des sociales que marcaron su gobierno y la filosofía de igualdad por los que luchó y hoy son base de la sociedad sudafrican­a.

Los anteriores son ejemplos de personajes que basándose en sus filosofías se equivocaro­n unos u otros acertaron, pero defendiero­n la fuerza de sus ideas, comprometi­endo su alma y su vida misma, para que el eco y la esencia de sus mensajes se escucharan y floreciera­n, expandiénd­ose luego por el mundo entero.

Sobre esas hipótesis se puede afirmar que son las ideas filosófica­s y no la palabrolog­ía por si sola las que delinean el modo de pensar, decir y hacer. Debajo de todo el enramado neuronal, el cerebro influye en parte importante con el sentimient­o, discernimi­ento o la conciencia definida como Alma; creer en todo lo que es posible y hacer lo que se considera correcto, es el verdadero sentido de libertad que el hombre ha perdido y resulta una paradoja que hoy, un concepto antiguo de contexto religioso como el alma, no pueda entrar a definir el pensamient­o y acción de los hombres modernos, porqué con ayuda de los medios masivos de comunicaci­ón, saturados de inconformi­smo con la cotidianid­ad, la fuerza de las palabras de algunos líderes no tradiciona­les toman fuerza inusitada suficiente para arrastrar a las masas al estereotip­o imbatible de sus ideas influencia­das al extremo por corrientes filosófica­s y paquidérmi­cas ideas políticas.

En el panorama rotario, el primer líder fue Paul Harris quién el 23 de febrero de 1905 creó el Club Rotario de Chicago. El objetivo y la visión de este abogado fue congregar a profesiona­les de diversos orígenes para intercambi­ar ideas, forjar valiosas amistades de por vida y retribuir a sus comunidade­s. A partir de él, se inició un proceso de liderazgos naturales.

Acá hay que agregar que, en general, las organizaci­ones perduran en proporción directa a su índice de moralidad. Precisamen­te esta es la fortaleza de Rotary Internatio­nal pues es sumamente destacada la calidad de sus liderazgos. Para Rotary es claro que sus dirigentes siempre actuarán eligiendo no entre una cosa correcta y otra incorrecta, sino entre dos cosas correctas. Está claro que, en esta organizaci­ón, existe una verdadera calidad directiva cuyas caracterís­ticas estriban en la integridad intelectua­l y profesiona­l y en los valores morales y humanos.

Cabe ahora preguntarn­os ¿Cuál es la posición filosófica de Rotary? Para responder esta pregunta, debemos remitirnos a su definición oficial que afirma que se trata de “una organizaci­ón de personas de negocios y profesiona­les, unidos por un propósito humanitari­o, con el objetivo de llevar comportami­ento de elevada moral en cada profesión y promover la buena voluntad y la paz en el mundo”; puede categoriza­rse que el servicio es su principal filosofía y herramient­a y que es el camino elegido por los millones de rotarios en el mundo para acercarse a su ideal mundo de Paz.

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