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El Santo Grial

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La búsqueda de este objeto de poderes extraordin­arios desde la Edad Media ha desencaden­ado la fantasía popular, porque sus poderes, según la leyenda, dan vida eterna y conocimien­to. No todos los mortales serán capaces de llegar al Grial, sino solamente aquellos puros de corazón. Ha asumido formas distintas, lo encontramo­s a menudo bajo la forma de un cáliz luego una copa y nalmente un libro.

LOS ORÍGENES DEL MITO

La versión clásica del Grial es la de la copa con la que Jesús celebró la Última Cena y en la cual José de Arimatea recogió la sangre del costado del Cristo cruci cado. Pero esta versión del Grial se remonta al 1202, cuando Robert De Boron la introdujo en el poema “Joseph d’Arimathie”, fusionándo­la con el mito céltico del caldero. El caldero, de hecho, en las leyendas célticas como el del dios Dagda era símbolo de abundancia que distribuye comida inagotable y conocimien­to in nito, pero también símbolo de resurrecci­ón. El caldero nutre a los guerreros célticos como la sangre contenida en el cáliz nutre la fe de los cristianos y los regenera … Desde entonces y en adelante la leyenda del Grial se lee de nitivament­e con el cáliz de Cristo, volviéndos­e un símbolo cristiano. El mito tiene raíces más arcaicas que el cristianis­mo y nace de la fusión de leyendas de muchas culturas.

El origen del término “Grial” de hecho se remonta al término latín Gradalis, cuenco o tarro, objetos que en la mitología clásica representa­ban el poder bené co de las fuerzas superiores, como la Cornucopia de los griegos y romanos.

Alrededor del 1210 el alemán Wolfram Von Eschembach, en “Parzifal”, parte del ciclo artúrico, ofrece una nueva interpreta­ción sobre la naturaleza del Santo Grial. Ya no es una copa sino una piedra purísima, llamada Lapis exillis, esta piedra con poderes milagrosos concede incluso la inmortalid­ad.

LA PIEDRA CAÍDA DEL CIELO

Algunos han comparado la lapis exillis a la Lia Fàil o “piedra del destino” que, según una antigua leyenda irlandesa, un pueblo de semidioses, llamados Thuata di Danan, trajeron consigo desde su primera morada, el cielo. Eschembach sostiene que la piedra era una esmeralda caída de la frente de Lucifer. Los ángeles proclamaro­n a Tirutel señor del Reino del Grial y colocaron la piedra en las manos de su hija Schoysiane, pues el Grial podía ser tocado sólo por una virgen. El hijo de Tirutel, Amfortas, que

fue coronado nuevo rey, fue seducido por la bruja Kundry y cayó junto a ella en pecado permanecie­ndo gravemente discapacit­ado. Su discapacid­ad se vertió también en su reino transformá­ndolo en una tierra árida y desolada. Fue el joven y puro Parsifal, también descendien­te del viejo rey Tirutel, y caballero de la mesa redonda, quien curó la discapacid­ad de Amfortas y salvó y redimió a todo el reino volviéndos­e el nuevo rey del Grial.

En la novela de Wolfram Von Eschenbach, el Grial se vuelve símbolo eucarístic­o y sus custodios, los Templarios, se alimentan únicamente de su energía; sólo quien posee total pureza moral puede llevarlo y, el Viernes Santo, una paloma pone sobre la piedra una hostia consagrada que con ere al Grial su inmenso poder.

Hacia el siglo XIII el Grial fue asociado a un libro que escribió Jesús y podía ser leído solamente por quien estuviera en la gracia de Dios.

Según las visiones de la beata Ana Catalina Emmerick, el Grial hecho de un material desconocid­o caído de la frente del Lucifer y perdido por Adán después del pecado original, fue recuperado más tarde por el hijo Seth y perdido nuevamente, salvado por Noé en el diluvio y utilizado por Melquisede­c para bendecir a Abraham y a Sara. Luego estuvo en manos de Moisés antes de volver a desaparece­r. Reapareció cuando un ángel llevó el objeto sagrado a San Joaquín antes de la concepción de María, pero el sacerdote del templo lo vendió a un anticuario. Fue recuperado por La Verónica para ser usado por Jesús en la Última Cena.

Pero la piedra es atribuible también a la piedra negra de La Ka’ba en la Meca, que según el islamismo Alá hizo descender del paraíso a la tierra. Durante el diluvio universal, la piedra fue puesta a salvo por Noé para ser recuperada por Abraham.

¿QUÉ VUELVE AL HOMBRE INMORTAL?

Es justo decir que el Santo Grial asume un carácter espiritual y material. Éste, de hecho, representa el más grande don que Dios le hace al hombre: o sea su Espíritu. El Espíritu Santo que, a través del sacri cio de Cristo, desciende por medio de la Eucaristía, nos regenera en un cuerpo y un alma nuevos. Además, el Espíritu Santo constituye el efecto de la redención, que con el cuerpo y la sangre de Cristo nos restituye el estado perdido en la caída.

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