Hugo Hernández es quijote a su manera
El ingeniero Hugo Hernández suele dejar a un lado el cálculo, la resistencia de materiales, el presupuesto y la construcción para dedicarse a enseñar en las barriadas el baloncesto, deporte que lo llevó a la consagración.
Llegó a ser varias veces Selección Norte, representante de Colombia, y se empeñó en rescatar esa difícil disciplina que encumbró a la frontera.
También practicó fútbol. Ahora se propone efectuar una reingeniería social, al rescatar a la juventud de las fauces del odioso ocio y en enseñar a los mayores a procurarse sólido empleo mediante la creación de microempresas, por el momento en los barrios del occidente cucuteño y en Villa Rosario.
La Gobernación en la actualidad proporciona instructores, lo mismo hace la Alcaldía y el proyecto del calculista Hernández y su valioso equipo de trabajo ha dado valiosos resultados entre los adolescentes amantes del baloncesto y el balompié.
Pelé salió de la pobreza en el norte de Brasil, con ayuda de la sociedad y la disciplina se convirtió en empresario de talla internacional. De igual forma hizo desde el maderamen Michael Jordan en encuentros de esfuerzo, angustia, gloria, y así pasó airoso a la historia.
Hernández se lamenta por la pérdida de la identidad regional, pero sabe que nunca es tarde a
n de trazar una estrategia de rescate, tendiente a incrementar la producción local. Añora el relato de principios del siglo pasado cuando el ferrocarril marcó el factor desarrollista.
Todo estriba en la industrialización, en aumentar la capacidad de vender lo nuestro y competir con ética a través de la excelente forma del acabado en la tarea impuesta.
Una buena parte de la sociedad comprendió el altruista mensaje de Hernández, se ha manifestado en proporción, pero el asunto de la elevación del alma mediante la práctica de la ayuda al desvalido hermano, es tarea de todos.
Lo que se haga a favor del prójimo despierta paz interior, porque bene cia a la Patria lacerada por la violencia, desplazamiento, desempleo, analfabetismo, hambre aliada del crimen, insolidaridad y otros factores que niegan capacidad de realización a los humanos evasores de la grandeza.
Razón tuvo Simón Bolívar cuando dijo en su éxtasis libertario: “Cada hombre que se prepara, es un freno contra la delincuencia”.