La sociedad de las hienas
La familia hyaenidae está conformada por 4 subespecies en el continente africano, Asia central y la India. Son animales carroñeros, es decir, se comen los restos de cadáveres que dejan los demás depredadores, como los guepardos y los leones. Ello ayuda a limpiar el ambiente previniendo infecciones en el ecosistema, de igual forma que lo hacen los buitres.
La hiena es un animal muy interesante por varias razones; aunque se asemejan a los perros, este mamífero africano está más estrechamente relacionado con los gatos; comparte con estos comportamientos como el modo de aseo, el marcado del territorio mediante olores, el apareamiento y la forma de criar a su progenie; o presentarse como animales corredores que atrapan a sus presas con los dientes como los cánidos; comparten varias características morfológicas con ambas especies, pero las hienas no pertenecen a ninguna de las dos familias.
Esta dominación femenina, “las hienas”, es debida a su sistema social matriarcal; por ejemplo, a la hora de alimentarse de una presa, el varón situado en lo más alto de la jerarquía de los machos, está subordinado a la hembra de menor rango en la jerarquía de hembras.
Por otro lado, mientras las hembras permanecen en el mismo clan de por vida, los machos, una vez maduran sexualmente, han de abandonar el clan en busca de otro que los acoja. Del mismo modo, los machos tampoco desempeñan papel alguno en los cuidados parentales; en cambio, las hembras a menudo formarán coaliciones fuertes y protectoras con sus hijas, las cuales reforzarán el matriarcado generación tras generación. La formación de estas alianzas entre las mujeres relacionadas ayuda a mantener el estatus social heredado dentro del clan, lo que mejora en gran medida las posibilidades de supervivencia del grupo.
Son animales muy peludos de tamaño mediano, aproximadamente 70 centímetros de ancho por metro y medio de largo. Poseen crines parecidas a las de los caballos, colas peludas, orejas puntiagudas, y sus patas traseras son más cortas que las delanteras; son animales realmente terroríficos: tienen una sonrisa muy particular y sus alaridos son parecidos a la risa humana.