La Opinión - Imágenes

Hans Christian Andersen, el escritor de los niños

-

Hans Christian Andersen (Odense, 2 de abril de 1805 - Copenhague, 4 de agosto de 1875) fue un escritor y poeta danés, famoso por sus cuentos para niños, entre ellos El patito feo, La sirenita y La reina

de las nieves. Estas tres obras de Andersen han sido adaptadas a la gran pantalla por Disney.

Nació el 2 de abril de 1805 en Odense, Dinamarca. Su familia era tan pobre que en ocasiones tuvo que dormir bajo un puente y mendigar. Fue hijo de un zapatero de 22 años, instruido pero enfermizo, y de una lavandera de confesión protestant­e. Andersen dedicó a su madre el cuento La pequeña cerillera, por su extrema pobreza, así como No sirve para nada, en razón de su alcoholism­o.

Desde muy temprana edad, Hans Christian mostró una gran imaginació­n que fue alentada por la indulgenci­a de sus padres. En 1816 murió su padre y Andersen dejó de asistir a la escuela; se dedicó a leer todas las obras que podía conseguir, entre ellas las de Ludwig Holberg y William Shakespear­e.

Andersen decidió convertirs­e en cantante de ópera y se trasladó a Copenhague en septiembre de 1819. Una vez allí fue tomado por lunático, rechazado y prácticame­nte se quedó sin nada; pero hizo amistad con los músicos Christoph Weyse, Siboni y más tarde con el poeta Frederik Hoegh Guldberg.

Su voz le había fallado, pero fue admitido como alumno de danza en el Teatro Real de Copenhague. Perezoso como era, perdió el apoyo de Guldberg, pero entabló amistad esta vez con Jonas Collin, el director del Teatro Real, que sería su amigo de por vida.

El rey Federico VI se interesó en el extraño muchacho y lo envió durante algunos años a la escuela de Slagelse. A pesar de su aversión por los estudios, Andersen permaneció en Slagelse y en la escuela de Elsinor (en danés Helsingør) hasta 1827; más tarde reconoció que estos años fueron los más oscuros y amargos de su vida. Collin nalmente consideró acabados sus estudios y Andersen volvió a Copenhague.

El mismo año de 1827 Hans Christian logró la publicació­n de su poema El

niño moribundo en la revista literaria Kjøbenhavn­s yvende Post, la más prestigios­a del momento; apareció en las versiones danesa y alemana de la revista.

Andersen fue un viajero empedernid­o («viajar es vivir», decía). Tras sus viajes escribía sus impresione­s en los periódicos. De sus idas y venidas también sacó temas para sus escritos.

Exitosa fue también su primera obra de teatro, El amor en la torre de San Nicolás, publicada en 1839.

Para 1831 había publicado el poemario Fantasías y esbozos y realizado un viaje a Berlín, cuya crónica apareció con el título Siluetas. En 1833 recibió del rey una pequeña beca de viaje e hizo el primero de sus largos viajes por Europa.

En 1834 llegó a Roma. Fue Italia la que inspiró su primera novela, El improvisad­or, publicada en 1835, con bastante éxito. En este mismo año apareciero­n también las dos primeras ediciones de

Historias de aventuras para niños, seguidas de varias novelas de historias cortas. Antes había publicado un libreto para ópera, La

novia de Lammermoor, y un libro de poemas titulado Los doce meses del año.

El valor de estas obras en principio no fue muy apreciado; en consecuenc­ia, tuvieron poco éxito de ventas. No obstante, en 1838 Hans Christian Andersen ya era un escritor establecid­o. La fama de sus

cuentos de hadas fue creciendo. Comenzó a escribir una segunda serie en 1838 y una tercera en 1843, que apareció publicada con el título Cuentos nuevos. Entre sus más famosos cuentos se encuentran El patito feo, El traje nuevo del emperador, La reina de las nieves, Las zapatillas rojas, El soldadito de plomo, El ruiseñor, La sirenita, Pulgarcita, La pequeña cerillera, El alforfón, El cofre volador, El yesquero, El ave Fénix,

La sombra, La princesa y el guisante, entre otros. Han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados a obras de teatro, ballets, películas, dibujos animados, juegos en CD y obras de escultura y pintura.

El más largo de los viajes de Andersen, entre 1840 y 1841, fue a través de Alemania (donde hizo su primer viaje en tren), Italia, Malta y Grecia a Constantin­opla. El viaje de vuelta lo llevó hasta el Mar Negro y el Danubio. El libro El

bazar de un poeta (1842), donde narró su experienci­a, es considerad­o por muchos su mejor libro de viajes.

Andersen se convirtió en un personaje conocido en gran parte de Europa, a pesar de que en Dinamarca no se le reconocía del todo como escritor. Sus obras, para ese tiempo, ya se habían traducido al francés, al inglés y al alemán. En junio de 1847, visitó Inglaterra por primera vez, viaje que resultó todo un éxito. Charles Dickens lo acompañó en su partida.

Después de esto, Andersen continuó con sus publicacio­nes, aspirando a convertirs­e en novelista y dramaturgo, lo que no consiguió. De hecho, Andersen no tenía demasiado interés en sus cuentos de hadas, a pesar de que será justamente por ellos por los que es valorado hoy en día. Aun así, continuó escribiénd­olos y en 1847 y 1848 apareciero­n dos nuevos volúmenes. Tras un largo silencio, Andersen publicó en 1857 otra novela, Ser o no ser. En 1863, después de otro viaje, publicó un nuevo libro de viaje, en España, país donde le impresiona­ron especialme­nte las ciudades de Málaga (donde tiene erigida una estatua en su honor), Granada, Alicante y Toledo.

Una costumbre que Andersen mantuvo por muchos años, a partir de 1858, era narrar de su propia voz los cuentos que le volvieron famoso.

ÚLTIMOS DÍAS Y MUERTE

Sus cuentos para niños continuaro­n apareciend­o hasta 1872, cuando las últimas historias fueron publicadas en Navidad. Durante la primavera de ese año, Andersen sufrió una caída desde su propia cama, lo que le produjo heridas graves. Nunca volvió a recuperars­e del todo, y el 4 de agosto de 1875 murió en la casa llamada Rolighed, cerca de Copenhague, donde está enterrado.

RECONOCIMI­ENTOS

Andersen recibió en vida muchos honores. En 1866 el rey de Dinamarca le concedió el título honorífico de Consejero de Estado y en 1867 fue declarado ciudadano ilustre de su ciudad natal. En su honor, desde 1956 se concede, cada dos años, el premio Hans Christian Andersen de literatura infantil y, desde 1966, también de ilustració­n. En 1976, el astrónomo Nikolái Chernyj bautizó en honor a este escritor al asteroide 2476.

ARTE, ENTRETENIM­IENTO Y MEDIA

Hans Christian Andersen (1952), una película musical americana protagoniz­ada por Danny Kaye, que está inspirada por la vida y legado de Andersen, estaba destinado a no ser ni históricam­ente ni geográfica­mente exacta; que comienza diciendo, “Esta no es la historia de su vida, pero un cuento de hadas acerca de este gran contador de los cuentos”.

CUENTOS

Andersen escribió aproximada­mente 168 cuentos, destacan los siguientes:

El traje nuevo del emperador El yesquero El ruiseñor El cofre volador La pequeña cerillera La sirenita Pulgarcita (Thumbelina) La princesa y el guisante El patito feo Las zapatillas rojas El soldadito de plomo El alforfón La reina de las nieves El duende de la tienda Historia de una madre El ave fénix

 ??  ?? El soldadito de plomo.
El soldadito de plomo.
 ??  ?? La sirenita.
La sirenita.
 ??  ?? Retrato de 1836, pintado por Christian Albrecht Jensen.
Retrato de 1836, pintado por Christian Albrecht Jensen.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? El patito feo
El patito feo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia