De Latinoamérica para el mundo
En la versión inglesa, este filme será conocido como “Space Chicken”
Varias generaciones han tenido la posibilidad de crecer y seguir creciendo con las ocurrencias que Pepo (René Ríos Boettiger), dibujante chileno, tuvo en su imaginación al crear a uno de los personajes más representativos de Latinoamérica: Condorito. Muchos expondrán su gusto por la crítica social y filosófica que se alberga en Mafalda, pero Condorito también tiene su espacio ganado en millones de seres en América. La razón, aunque pareciera sencilla, no lo es: ha logrado representar muy bien el humor y las formas de vida de los latinoamericanos. Condorito es un personaje que llegó a las manos de millones de niños, a través de sus famosas historias, recogidas en revistas y tiras cómicas. Para muchos, leerlas fue el primer paso dentro de un proceso lector, una especie de espejo en el que el humor pone en evidencia el sentir del público. Lo curioso de esta experiencia, es que se llega a adulto y el gusto por este particular personaje permanece.
Condorito, Coné, Pepe Cortisona, Huevoduro, Yayita, doña Tremebunda, don Cuasimodo, Fonola, entre otros, viven en Pelotillehue, una ciudad ficcional que reúne un sinfín de historias, amoríos, chismes, vicios, como tantos podríamos ver en cualquier ciudad latinoamericana. La maravilla que posee este personaje es que su humor y las situaciones que experimenta son universales: personajes que viven el día a día, buscando alternativas laborales para sobrevivir. Sin embargo, estas dificultades no le restan el buen sentido del humor. Su válvula de escape es este elemento con el que logran sobrellevar el abultado peso de la vida.
“Condorito: la película”, de Isahi Ravid, Martín Piroyansky y Rodrigo Moraes, tiene altas dosis de humor y como es ya característico en la versión impresa, logra condensar todos los tipos de personajes que se pueden encontrar en una urbe, desde el tipo con gran fortuna que, falsamente, desea tener un espíritu altruista: Pepe Cortisona, hasta una mujer que no está satisfecha con su matrimonio, doña Tremebunda. Además, el filme realiza una serie de reflexiones en las que muestra cómo una mujer exuberante puede ser considerada hermosa, independiente de su edad, y cómo los gobiernos no suelen apoyar, de manera ejemplar, la ciencia. Esta lamentable situación es la que padece Condorito al encontrarse con que la tecnología no recibe los recursos necesarios para que un país pueda avanzar en cuanto a la ciencia, entre otros elementos.
Este filme, seguramente, tendrá un gran propósito: además de imitar a todo tipo de películas, es también lograr que nuevos lectores, es decir, nuevos espectadores puedan conocer a un personaje que posee un corazón especial, Condorito, con quien, no solamente se divertirán, sino que también vivirán todo tipo de experiencias, que son resultado de una imaginación desbordante e impredecible, junto a esa mirada particular de ver el mundo que poseen los latinoamericanos. ¡Plop!