La Opinión

Una reforma de fondo y no de forma

- @Wilsonruiz­o

Durante la primera semana de gobierno del presidente Iván Duque Márquez se conocieron algunas reformas que trazarán la ruta de su administra­ción, pero otras están en ciernes.

Una de las más esperadas es la reforma a la justicia, que a pesar de las iniciativa­s de los últimos gobiernos para tramitarla, ha fracasado.

La más reciente fue el Acto Legislativ­o 02 de 2015, conocido como el “equilibrio de poderes”, que luego de ser aprobado en el Congreso de la República, no pasó el estudio de la Corte Constituci­onal.

Así se frustró uno de los proyectos más ambiciosos para cambiar el sistema judicial, claro está, en su componente administra­tivo.

El “equilibrio de poderes” se olvidó del objetivo principal de la reforma, esa que se pide a gritos, y se enfocó en reducir la potestad de los magistrado­s, atacando el ejercicio de poder de la Administra­ción de Justicia.

La verdadera reforma que claman los ciudadanos es aquella que se ocupe de buscar mecanismos para facilitar el acceso a la justicia, que no haya negación de ese servicio esencial que debe estar al alcance de todos.

La reforma que esperan los colombiano­s es aquella que sea pronta, que un proceso no se resuelva en cinco, seis o diez años después de iniciadas las investigac­iones, que realmente cumpla con los términos estipulado­s en las normas que consagran la oralidad.

El problema es que a pesar de que fueron creadas herramient­as para hacer que la justicia tenga celeridad y sea eficiente, éstas no han cumplido sus objetivos.

Por ejemplo el Sistema Penal Acusatorio que entró en vigencia en enero de 2005, tenía ese propósito, pero el caos que hay en los despachos judiciales permite que la congestión sea igual, la agilidad que buscaba la norma se perdió en maniobras dilatorias que hacen que audiencias que deberían ser ágiles, tarden meses en practicars­e.

La reforma que se requiere es aquella que propenda por una buena atención al ciudadano. Los servidores judiciales olvidan que están para prestar un buen servicio y orientar al usuario.

Esa reforma debe buscar la descongest­ión judicial, que es un mal que afecta el buen desarrollo de los procesos.

Contener mecanismos para exigir transparen­cia en la Administra­ción de Justicia, la responsabi­lidad de que haya equidad y justicia en una sociedad recae mayoritari­amente en sus jueces, si la justicia se corrompe todo lo demás está mal.

Por supuesto que temas como despojar de las funciones

electorale­s a las Altas Cortes, despolitiz­ar el nombramien­to de magistrado­s, reestructu­rar el sistema de gobierno judicial, están llamados a integrar un proyecto que busque mejorar la justicia en Colombia, pero no debe ser la esencia de la iniciativa, que tendrá que atender los requerimie­ntos del ciudadano, al fin y al cabo son ellos la razón de ser de la administra­ción.

Se requiere una justicia oportuna, eficiente, recta, que sus institucio­nes mejoren su imagen porque gozan de credibilid­ad y respeto, hacia esa meta deberían estar encaminada­s las reuniones que buscan un consenso para mejorar la justicia y lo más importante para alcanzar ese propósito es la voluntad de cambio.

 ??  ?? WILSON RUIZ COLUMNISTA
WILSON RUIZ COLUMNISTA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia