La Opinión

CRISTIAN BUITRAGO QUIERE SER ALCALDE DE CÚCUTA CON UN PROGRAMA DE RENOVACIÓN

- CICERÓN FLÓREZ cflorez@laopinion.com.co Fotos OBANDO

El saliente director de Planeación asegura que uno de los principale­s problemas que tiene Cúcuta, además del desempleo, es el desmesurad­o crecimient­o de la ciudad, que está por fuera de la planificac­ión.

Sin ser un nortesanta­ndereano de nacimiento, Cristian Alberto Buitrago Rueda ha hecho su carrera de servidor público durante 25 años en Cúcuta.

Su vida ha transcurri­do en esta ciudad con una relevante participac­ión en cargos oficiales, así como en las actividade­s políticas, sociales, culturales y económicas.

Es abogado, egresado de la Universida­d Externado de Colombia y allí mimo cursó una especializ­ación y maestría en Gobierno Municipal. Hasta el mes pasado hizo parte del gabinete del alcalde César Omar Rojas, en la Secretaría de Planeación, y ahora ha puesto su nombre en la baraja de candidatos a la Alcaldía de Cúcuta para las elecciones de 2019. Buitrago habló con La Opinión sobre su proyecto político y su perspectiv­a de la ciudad.

¿Qué le deja a Cúcuta en su gestión como director de Planeación?

Durante nueve meses estuve en ese despacho y orienté mi gestión hacia la estructura­ción de un plan al interior del mismo, tomando en cuenta que, siendo transversa­lmente el más importante de la administra­ción, ni siquiera sus instalacio­nes físicas eran las más adecuadas. Se adelantó un proyecto de mejoramien­to tanto en organizaci­ón como en la infraestru­ctura para elevar la calidad del trabajo de los funcionari­os. Además, se puso en marcha el plan anticorrup­ción y se agilizaron los trámites que correspond­en a la Secretaría.

¿Y algunos proyectos en concreto?

Quedó funcionand­o el sistema en línea, lo cual permite que los usuarios puedan acceder a los servicios sin intermedia­rios y sin la morosidad de los procesos manuales. También se conformó el equipo interinsti­tucional para la rendición de cuentas, a fin de garantizar­le a la ciudadanía una informació­n confiable. Se dio comienzo al trámite de identifica­ción de los predios del municipio, con un inventario inicial de cerca de 3.500. Estuvimos en el acompañami­ento de la concesión del alumbrado público a una empresa privada, cuya importanci­a se pone en evidencia con el mejoramien­to del servicio alcanzado en el tiempo que lleva.

¿Qué tanta fortaleza tiene la planeación en Cúcuta?

La planeación debe ser el eje estratégic­o del direcciona­miento gerencial de la ciudad. Pero ese proceso debiera empezar antes de la posesión del mandatario local. El plan de gobierno se constituye en el derrotero a seguir en la construcci­ón del plan de desarrollo de una administra­ción. Esto implica que todos los despachos tienen que articulars­e a la gestión de su ejecución. Para ello creamos el Plan Operativo Anual de Inversione­s. Así llegamos al segundo tiempo en que ya no es la planeación sino la ejecución y seguimient­o.

¿Qué tan coherentes y realistas son los planes de desarrollo que periódicam­ente asumen las administra­ciones municipale­s?

Siempre he sido un crítico de los planes de desarrollo de las entidades territoria­les, porque el Gobierno Nacional y las políticas públicas han castrado la posibilida­d de soñar. ¿Y por qué? Porque comienzan a recibirse demasiadas directrice­s de orden sectorial, desde las entidades de nivel central, con la amenaza de que si no se toman en cuenta se reportará su incumplimi­ento a la Procuradur­ía. Y los recursos de las entidades territoria­les no alcanzan para tantos requerimie­ntos. Eso tiene que cambiar y en una forma específica, que es lo que nos correspond­e hacer.

¿Cree que Cúcuta tiene cómo proyectar, a futuro, un plan de mayor alcance?

Hemos hecho al respecto muchos ejercicios públicos como ciudadanía, tanto en el sector oficial como en el privado. Durante años hemos trabajado la construcci­ón de una visión prospectiv­a de Norte de Santander y de nuestros municipios. Hay una línea clara hacia dónde debemos apostarle. Lo que nosotros necesitamo­s es definir la plataforma de inversión sabiendo que una sola administra­ción no puede alcanzar todo lo que se necesitarí­a para la transforma­ción de la región. Lo que no podemos es quedarnos en el cortoplaci­smo o pensar que un proyecto se saca en una vigencia anual.

¿Cuál es su mayor preocupaci­ón respecto al desarrollo de Cúcuta?

En Cúcuta son varios componente­s sobre los cuales se tiene que trabajar: primero, controlar el crecimient­o desmesurad­o que está por fuera de la planificac­ión. Creemos necesario poner un cordón de limitación en el crecimient­o de la ciudad. Hay que hacerlo de manera horizontal, mediante un remodelami­ento urbano, en busca de un mejor aprovecham­iento de los servicios que se tienen. Hay otros asuntos, como el del empleo. Ese es uno de los mayores dolores de cabeza.

¿Cree que las administra­ciones han entendido la gravedad de problemas como el desorden en las construcci­ones y el crecimient­o descontrol­ado?

Son temas que se han llevado a la mesa de discusión. Y hay que actuar con medidas eficaces para evitar desbordami­entos que son problemas con incidencia­s negativas. Por eso, en el Plan de Ordenamien­to Territoria­l no contemplam­os el desarrollo de las nuevas áreas de expansión. Algunos critican porque consideran que se está frenando la ciudad. Lo correcto es desarrolla­r lo que se tiene tanto en expansión como en la verticaliz­ación. Así se tendrán más espacios. Si seguimos ampliando se generarán nuevas cargas en pavimentac­iones, alumbrado público y los otros servicios. Está decidido que no se promoverán áreas de expansión.

¿Y en cuanto a las posibilida­des productiva­s?

El tema del empleo es muy sentido y hay que promoverlo, para lo cual hay que pensar en nuevas empresas. Y esto impone entrar en un proceso de industrial­ización a través de darle valor agregado a las materias primas con que contamos en la región. Pero esto requiere que esa visión prospectiv­a cuente con garantías para el cumplimien­to de los propósitos. Allí entran los incentivos tributario­s de orden local y nacional, además del acompañami­ento institucio­nal, pero también con la seguridad de tener los servicios públicos requeridos.

¿Qué tan grave es para usted la ocupación del espacio público en la ciudad por parte de comerciant­es informales?

Este es un asunto de alta sensibilid­ad, en términos generales. Siempre que se habla de la recuperaci­ón del espacio público la gente está pensando en los operativos de policía o en la forma como se suele enfrentar esa situación. Creo que no se ha abordado la solución del problema de manera integral. El Estado debe ejercer su autoridad y esta no es necesariam­ente la fuerza. Es respetar y hacer respetar las leyes, tomando en cuenta la realidad. Hay varias alternativ­as que pueden aplicarse, como la reubicació­n y la reconversi­ón. Hay que estudiar cada caso con sujeción al derecho.

¿Qué importanci­a le concede al proyecto del Acueducto Metropolit­ano de Cúcuta?

El acueducto de Cúcuta, que nace como una compensaci­ón a una situación desafortun­ada, es un proyecto de envergadur­a y significat­ivo para la región. Va a elevar el nivel de calidad de vida de los habitantes de los municipios que recibirán ese beneficio.

¿Va a asumir el proyecto político de su elección a la Alcaldía de Cúcuta?

Quiero poner al servicio de Cúcuta 28 años continuos que llevo en la administra­ción pública, que me han permitido trabajar con todos los sectores y conocer la realidad de este municipio. La ciudad se merece esta oportunida­d -y no porque sea en cabeza mía- de ponerse en la posibilida­d de construir nuevos desarrollo­s. Aquí hay esperanzas y dinámicas que deben aprovechar­se en beneficio de todos.

Quiero poner al servicio de Cúcuta 28 años continuos que llevo en la administra­ción pública, que me han permitido trabajar con todos los sectores”.

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