El encanto de la Malicia
Finca cafetera en la vereda Cuchilla de los Santa, en la vía a La Linda. Tradición y hospitalidad.
En la vereda Cuchilla de los Santa, de Manizales, se encuentra la finca Villa Malicia, donde se pueden disfrutar de la vista al Occidente de Caldas y de la variedad de aves que visitan los cultivos de café, como estos tres carpinteros payasos (Melanerpes formicivorus).
Al filo de la Cuchilla de los Santa, vía a La Linda en Manizales, se aferran a la montaña los palos de café de la finca Villa Malicia, que le dan cara al Occidente de Caldas.
De esta vereda es Libaniel
Cardona, de 64 años, y quien con orgullo recuerda que por esas lomas pasaron los colonizadores, y resalta su parentesco con esos primeros pobladores. Desde los 7 años aprendió a cultivar y cosechar café, ese grano es su vida y trabajo, y desde hace 27 se encarga de la producción en La Malicia, es la mano derecha de doña Luz Estela
Salazar.
Ella recibió la finca hace 11 años y medio cuando su esposo, José Apolinar Buitrago, murió. Lo suyo no eran las labores del campo, pero aceptó el reto y aprendió de los errores. Lo primero que hizo fue, sin titubear, renovar los cultivos, los tumbó. Libaniel la acompañó, la asesoró y le ayudó a sacar adelante de nuevo la cosecha.
Entre los cafetales también hay plátano y mandarina, y una planta de algodón que un día sembraron y resistió el clima. También hay árboles y guaduales que sirven de percha y hogar de aves.
Es una finca en movimiento, los vecinos pasan a comprar huevos criollos, los amigos arriban a saludar y disfrutar de los atardeceres, y los turistas llegan por los recorridos que guía Libaniel, se vive la experiencia del grano a la taza de café.
La amabilidad y hospitalidad son la esencia de Villa Malicia, doña Luz les ha inculcado a sus hijos, Juan Manuel y Gloria Jimena, el don del servicio, además de compartir el paraíso entre montañas en el que viven.