María Ángel murió ahogada
Le imputaron feminicidio. Hubo una relación entre la madre de la fallecida y el asesino. Cruel.
El dictamen de Medicina Legal indicó que la niña aguadeña María Ángel Molina Tangarife, de cuatro años, murió ahogada. El tipo que la secuestró y asesinó aceptó cargos por feminicidio y contó que su intención inicial era ultimar a la mamá de la menor, por odio.
Juan Carlos Galvis Duque, de 20 años, llevaba cuatro meses evadido del Ejército. Regresó a su natal Aguadas, en busca de Jenny Lorena Tangarife González, su pareja sentimental a principio de este año, tal y como aparece en el Facebook de la mujer. “Pase lo que pase, siempre te amaré mi amor”, publicó ella, el 3 de enero.
Días después esta relación tendría un desenlace fatal: una menor muerta, una mujer herida y un hombre en la cárcel.
Juan Carlos, enceguecido por los celos y la ira, buscó a Jenny Lorena, pues estaba molesto porque ella tenía una nueva relación y “no le había contado”. La citó en el Plan del Oro, sector Naranjales, vía entre Arma y Aguadas. Lo hizo, supuestamente, para hablar y darles unos regalos a las dos hijas de la mujer, de 18 meses y 4 años de edad.
Sin embargo, los planes del fugado militar eran tenebrosos. Cuando se reencontró con ella le dijo que le vendaría los ojos para que la sorpresa por los regalos fuera mayor. Lo hizo, pero era para atacarla con un puñal en el cuello y agredirla con piedras y a patadas. Aprovechó que ella quedó indefensa y huyó con la dos niñas.
En un principio Jenny Lorena indicó que lo conoció por redes sociales, pero luego se determinó que hubo una relación de por medio.
Herida
A la mujer la encontraron gravemente herida y la llevaron a un centro asistencial. Luego la remitieron a Manizales. La Policía Judicial y la Fiscalía Gaula empezaron con las indagaciones e investigaciones. El 10 de enero pasado ubicaron a Juan Carlos en zona rural del corregimiento de Pantanillo,
jurisdicción de Abejorral ( Antioquia), en compañía de la menor, de 18 meses.
No logró justificar su parentesco. Lo aprehendieron. El paso siguiente era dar con el paradero de la otra niña, María Ángel Molina Tangarife, de 4 años.
El tipo expresó que no sabía de su ubicación, pero por fuera de proceso contó que la había arrojado al río Arma, la sacó, pero ya no tenía signos vitales, por lo que abandonó el cuerpo sobre una piedra. Esa teoría tomó fuerza cuando hallaron unas prendas y zapatos al lado del afluente. Una tía de la niña confirmó que le pertenecían a la desaparecida.
En audiencia negó que desapareció forzadamente a la menor, pero aceptó tentativa de homicidio agravado y secuestro simple agravado.
A buscar
La búsqueda se desplegó
8 kilómetros abajo del afluente de Arma, rumbo al río Cauca, por tierra y agua. En ella participaron Jhon Faber, bombero aguadeño y padre de la menor; sus compañeros de socorro; Policía; Ejército y otros organismos.
La Alcaldía de Aguadas y la Gobernación de Caldas ofrecieron recompensas, para no descartar otras hipótesis, como que la tuvieran escondida en algún lugar. Mientras que la mamá de María Ángel se recuperaba en el hospital Santa Sofía de lesiones en la cabeza, en el oído y en el maxilar, la comunidad en el país se mostraba indignada por la situación de la niña.
El pasado jueves ocurrió lo que nadie quería. A orillas del río Arma estaba el cuerpo de María Ángel. Lo hallaron con unos drones que detectaron la presencia de aves carroñeras.
La Fiscalía Segunda Especializada Gaula debía esperar el resultado de la necropsia para imputarle un nuevo delito a Juan Carlos: feminicidio. El viernes, el ente acusador acudió al lugar de los hechos, en compañía del señalado, su abogado, topógrafos y planimetristas del CTI, para reconstruir lo ocurrido. Allí el hombre reconoció que mató a la menor por odio contra la mamá y que lo que pretendía inicialmente era asesinar a Jenny Lorena.
El lunes, a las 10: 00 de la noche, terminó la otra audiencia, donde el exmilitar aceptó los nuevos cargos. La necropsia de Medicina Legal determinó que la niña murió ahogada.